Los trastornos del sueño provocan somnolencia diurna excesiva y aumentan el riesgo de accidentes automovilísticos; pero además, cuando una persona duerme mal, su riesgo de infartos y embolias también se incrementa.
Se apunta que el trastorno del sueño más común (en México) es el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS), que está relacionado con el sobrepeso y la obesidad.
Se advierte que si una persona ronca no es porque esté durmiendo muy profundamente, como erróneamente se piensa; sino porque el aire no está pasando libremente por la garganta y esto implica riesgos.
Este flujo intermitente de aire predispone a la persona a padecer hipertensión arterial sistémica y pulmonar, arritmias nocturnas, infartos y embolias.
Las personas que tienen este problema roncan tres o cuatro veces y luego se percibe un silencio, que es el momento en que dejan de respirar, ahí es cuando bajan los niveles oxígeno y todo el organismo se alenta, el corazón, los pulmones, el cerebro, los músculos.
Cuando ya es peligroso, el cerebro detecta ese peligro y se activa un reflejo que hace que la persona ronque muy fuerte para romper la apnea, vuelve a respirar y todo lo que estaba lento se acelera, estos cambios son los que aumentan el riesgo cardiovascular.
Fuente: Alberto Labra