Con él tiene la posibilidad de trascender. Su aparato reproductor, además, le proporciona placer y desecha lo que su cuerpo no necesita. Estas son sólo algunas razones por las que debe cuidarlo de una de las enfermedades más letales: el cáncer. La próstata, la vejiga, los testículos y el pene son los órganos que pueden ser afectados por este padecimiento, que de no ser detectado a tiempo pone en riesgo la vida del paciente.
Por ello, advierte Gabriel Catalán Quinto, especialista de la Clínica Londres, en la Ciudad de México, la mejor forma de prevenir el cáncer en el aparato reproductor masculino es asistir a consulta con el urólogo a partir de los 40 años por lo menos una vez al año, y si se tienen antecedentes familiares de la enfermedad se debe hacer dos veces al año.
La próstata en riesgo
De los cuatro tipos de cáncer que atacan al aparato reproductor masculino, el de próstata es el que se presenta con mayor frecuencia. Esta enfermedad representa la causa número uno de muerte en hombres menores de 50 años en el mundo, asegura el cirujano urólogo Gabriel Catalán Quinto.
Lo más grave es que en las etapas iniciales, la enfermedad suele ser asintomática; en fases tardías los síntomas pueden ser muy variables y van desde problemas urinarios, como dificultad para orinar o hacerlo con sangre, disminución en el calibre y fuerza en el chorro de la orina, hasta fracturas de hueso, lo que significa que el daño ha llegado a la estructura ósea.
El especialista indica que este cáncer tiene un patrón hereditario: es congénito.
“Si los padres, hermanos o primos tuvieron cáncer, la probabilidad de desarrollarlo también es muy alta, alrededor de 50 por ciento”, comenta.
El urólogo precisa que el padecimiento tiene un origen multifactorial, y está relacionado con la dieta rica en grasas.
Si se modifican los hábitos, como eliminar de la alimentación el consumo de grasas saturadas, es probable que el cáncer no aparezca o se retrase.
Existen suplementos nutricionales, como el zinc, el selenio y la vitamina E, que han demostrado buenos resultados en la prevención del cáncer, asegura.
Quienes tienen antecedentes familiares pueden empezar a ingerirlos a partir de los 40 años.
El diagnóstico
Para diagnosticar el cáncer de próstata se emplean varias técnicas. Lo primero es realizar, durante la consulta médica general, un interrogatorio para conocer la condición del paciente.
Posteriormente se hace un tacto rectal. Debido a la cercanía de la próstata y el recto, el médico realiza la prueba para examinarla y descartar tumores alojados en ella. A veces, el tumor puede ser imperceptible al examen médico.
“Esta prueba todavía está vigente. Se debe tocar la próstata, y si se detecta una lesión rara o anormal se solicitan análisis de antígeno prostático específico total en la sangre”, señala Catalán Quinto, también miembro de la Sociedad Mexicana de Urología.
Si la cantidad de antígeno en la sangre es más alta de lo normal, se puede sospechar de la presencia de cáncer.
El experto puntualiza que ninguna de estas pruebas proporcionan el diagnóstico preciso.
“Éste se hace mediante un ultrasonido transrectal al tomarse una biopsia; es decir, se toman fragmentos de la próstata, los cuales son enviados al patólogo, quien analiza en el microscopio si el paciente tiene o no cáncer, es el diagnóstico 100 por ciento seguro”.
Formas de tratarlo
Catalán Quinto explica que si la detección es oportuna existen alternativas de tratamiento.
“Si está en etapa inicial lo ideal es la cirugía denominada prostatectomía radical, que puede usarse para eliminar el cáncer de la próstata y de tejidos cercanos a los cuales se ha extendido.
“Otra opción es la braquiterapia, que consiste en introducir semillas radiactivas en el interior de la próstata; significa dar una radiación controlada”.
También existe la radioterapia y la crioterapia, esta última consiste en destruir el cáncer mediante congelación.
Fuente: Gabriel Catalán Quinto