Las mujeres mayores de 40 años son las que más consumen tranquilizantes, incluso en una proporción superior a la de los hombres de la misma edad.
La mujer profesional, entre 30 y 50 años, con baja autoestima y con problemas en el control de sus emociones, es una adicta potencial a los ansiolíticos y a otras sustancias relajantes. A esto hay que añadir la común y dañina tendencia a la automedicación sin medir las consecuencias.
Este tipo de adicción es una frecuente realidad que se oculta. Muchas mujeres después de la cuarta década de vida, tienen múltiples responsabilidades laborales y familiares, a lo que se agregan las molestias propias de la menopausia. Se desesperan, se sienten abrumadas y acuden a las pastillas en búsqueda de alivio y muchas veces, sin darse cuenta cabalmente, empiezan a desarrollar una adicción.
Al inicio se toman una pastilla para la ansiedad, luego, una cápsula antidepresiva y así, paulatinamente, comienza la dependencia de psicofármacos y sólo cuando comienzan a padecer sus consecuencias suena la señal de alarma.
Diversos estudios muestran que la mayoría de las mujeres que consume tranquilizantes con frecuencia, no considera que tal práctica constituya una adicción. Muy pocas son quienes reconocen que se empastillan y que por ello tienen un problema de salud.
Muchas mujeres, irreflexivamente, recomiendan a sus amigas diversos tranquilizantes para “los nervios alterados”, esto ha extendido en gran medida el uso de este tipo de psicofármacos además de que muchas -por obra y gracia del mercado negro- tienen sedantes de diversos tipos, a los que acuden cuando se sienten estresadas.
Afortunadamente, el control gubernamental de estos medicamentos se ha incrementado. Sin embargo, frecuentemente, si una persona solicita de este tipo de medicamentos, el médico de la familia no lo niega, aunque no sea absolutamente necesario.
Las investigaciones señalan que mujeres de todas las condiciones socioeconómicas sufren de este tipo de farmacodependencia. Ellas necesitan tratamiento para su adicción, del mismo modo que cualquier otro problema que afecte su salud física o emocional.
Fuente: Ramón Clériga
Puede que el tema sea interesante pero no este Psiquiatra, es una persona con falta de ética cuidado no se deje impresionar por su curriculum.