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Factores de riesgo para tu salud mental

El suicidio es prevenible, y la mayor parte de las ocasiones hubo señales de que esa persona ya estaba rondando con esa idea.
Factores de riesgo para tu salud mental

“Me gustaría desaparecer”, “quisiera no existir”, “¿qué pasaría si yo no estuviera?”. ¿Ha escuchado a algún familiar, amigo u otra persona decir algo así?

De ser el caso, valdría la pena observar con qué frecuencia haces tales comentarios, y si también tu conducta y estado de ánimo no son los mismos ya, pues detrás de estas frases y cambios podría haber una alarma genuina con un desenlace fatal si se pasa por alto.

El suicidio, en la mayoría de los casos, es prevenible, y la mayor parte de las ocasiones hubo señales de que esa persona ya estaba rondando con esa idea.

Casi siempre, una persona que está teniendo pensamientos respecto a morir da señales o hace comentarios, además de modificaciones en su conducta habitual, que nos pueden poner en alerta.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 2003 el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, con el objetivo de que alrededor del mundo se implementen y promuevan acciones para prevenir este problema de salud pública.

Actualmente, el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes en México. Podemos apreciar un aumento en la prevalencia de los trastornos depresivos y ansiosos en los niños. La tasa de suicidio, en consecuencia, creció un 20 por ciento entre jóvenes en México durante un periodo de cinco años.

Además de los padecimientos de salud mental, otros factores de riesgo en los adolescentes son tener un historial de abuso físico o sexual; antecedentes familiares de conducta suicida, y las orientaciones de la diversidad sexogenérica -homosexualidad, bisexualidad, identidad transgénero o de género no conforme- sin acompañamiento terapéutico.

Uno de cada 20 intentos de suicidio se consuma, y por cada cuatro hombres que se suicidan lo hace una mujer.

Y si los hombres mueren más por esta causa es, en parte, porque suelen buscar métodos más letales o incluso hacerlo de manera premeditada. Sin obviar la marcada renuencia a admitir que tienen un problema por el cual tengan que buscar ayuda.

En México, y América Latina, es difícil de repente, por un tema cultural, que un hombre acepte con facilidad tener un tema o afectación en su salud mental. Esto genera que el cuadro se vaya agravando.

La prevención puede darse a partir de acciones básicas como observar, hablar y escuchar; muchas de las ocasiones pensamos que por preguntar respecto a ideas de muerte vamos a generar el que la persona lo haga. Y esto no es así, eso es un mito.

Y muchas veces, para la persona que está teniendo este tipo de pensamientos, el simple hecho de verbalizarlo, de decir: ‘Sí, sí he llegado a pensar en quitarme la vida’, baja el nivel de ansiedad y el nivel de estrés”, agregan especialistas, refiriendo que entre quienes han llegado a contemplar el suicidio ” la vez no hay un deseo inminente o rotundo de hacerlo.

De ahí que, en cuanto se identifica que una persona puede estar teniendo ideas suicidas, una forma de ayudarle sea abrir un canal de comunicación empático para que pueda hablar de cómo se está sintiendo, sin que se le invalide o minimice, como a veces sí hacen los padres con sus hijos.

Simplemente, hacerle saber a la persona que ahí estamos; hacerle entender que si necesita hablar, que si necesita expresar el cómo se está sintiendo, lo que está pensando, no lo vamos a regañar, no lo vamos a criticar. Simplemente queremos saber su perspectiva, queremos saber qué está pasando con él, para tratar de buscar en conjunto una forma de ayudarle.

Para cuando ya se ha intentado acabar con la propia vida, lo primero y más importante es buscar atención especializada, pues los intentos de suicidio no son fallas del carácter ni surgen de la nada, por tanto, no se deben catalogar como afecciones que puedan resolverse fácilmente en el entorno familiar.

Y aunque se reconoce que el tema de la atención a la salud mental aún se considera por muchos un lujo, particularmente en países con asimetrías sociales y económicas tan grandes como los nuestros, lo cierto es que muchos servicios de salud pública cuentan ya con protocolos que consideran al suicidio como una urgencia médica que debe ser atendida dentro de los esquemas de atención usuaria.

Fuente: Gabriel Ahumada, Marta Georgina Ochoa.

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