Nadie se ha muerto de mal de amores

Librar el camino de soledad, temor e inseguridad que un fracaso sentimental deja como resultado no es cosa fácil. Distraerse, mantenerse ocupado y buscar el apoyo de familiares y amigos son reacciones normales ante los diversos cambios emocionales que se experimentan tras una desilusión amorosa.

En medio de la tristeza es posible que te preguntes si vale la pena volver a creer en el amor. Pero, ¿en verdad puede alguien resignarse a darle la espalda?

Hasta el momento nadie se ha muerto de mal de amores, excepto en libros y películas, por lo que sentir que el mundo se le viene encima es algo común, corresponde a una etapa depresiva normal, explica Lourdes Plata, psicóloga y terapeuta de parejas.

Sanar ese dolido corazón no es misión imposible, para volver a amar es necesario aprender que, a partir de un fracaso, hay que marcar más límites, protegerse, defender su punto de vista y tener los ojos abiertos para no cometer los mismos errores, agrega.

El tiempo es el mejor aliado

El temor al fracaso al iniciar una relación amorosa siempre está presente, mucho más cuando existe como antecedente uno o más fracasos sentimentales en cualquiera de los miembros de la pareja, indica el sitio mundogar.com.

“El primer punto importante después de un divorcio o ruptura sentimental es que la persona se dé la oportunidad de pasar por un periodo de duelo.

“Ese tiempo es necesario para trabajar la autoestima, pero sobre todo en reconectarse con lo que verdaderamente se quiere ser”, aclara Plata.

Se dice que tras un rompimiento lo que se pierde es no sólo a la pareja, sino también la identidad, pues en algunas relaciones tienden a sacar a las personas de lo que verdaderamente son y de sus proyectos.

Establecer un compromiso de amor y respeto con uno mismo debe ser el resultado que deje un fracaso sentimental, indica la terapeuta.

Es cierto que nadie enseña a amar, ni tampoco existe una escuela en donde expliquen cómo sobrellevar una relación o cómo compensar la balanza del dar y recibir, pues conforme se viven las experiencias, se va formando un estilo propio.

Si la pareja fue infiel, cambiaron sus ideales o, simplemente, se terminó el amor, cualquiera que haya sido la causa de la separación, las secuelas suelen ser las mismas.

“Se pierde la confianza en uno mismo, en el otro y en las relaciones, además de que la autoestima se termina de ir hasta los suelos.

“Esto puede y debe ser transitorio, pues en la medida en que se retome el trabajo personal con uno mismo, se puede recuperar más rápidamente la confianza y prepararte para iniciar de nuevo una relación”, comenta la psicoterapeuta.

Dile no al fracaso sentimental

Mal que bien todos libran la etapa del enamoramiento, pero cuando llegan al desenamoramiento tienen que sustituir todo lo que era la chispa inicial y el brote de sentimientos por compromiso, por conciencia y comunicación; éstos son ingredientes de funcionalidad que mantienen una relación caminando o la rompen.

Tratar de comunicarte de manera transparente y objetiva, sin manipulaciones ni juegos son características de lo que pudiera parecer una relación ideal. Sin embargo, en la medida en la que las personas pueden activar estos ingredientes, se marcará el éxito del romance.

Fuente: Yedid Padilla