Nuevas pistas para futuros productos que consigan mejorar el aspecto de la piel. Un equipo de científicos ha demostrado que el fluorouracilo, indicado para el tratamiento de la queratosis actínica, reduce los parches precancerosos cutáneos y algunos signos del envejecimiento, como las arrugas y la hiperpigmentación.
Por vía sistémica, este medicamento está indicado para algunos casos de cáncer de pulmón y digestivos. “Por vía tópica, se ha utilizado durante décadas en precáncer cutáneo, tipo queratosis actínicas, carcinomas epiteliales superficiales y en casos seleccionados de verrugas y condilomas genitales con gran eficacia”, explica Ricardo Suárez Fernández, dermatólogo del Hospital Universitario Gregorio Marañón, en Madrid.
“Tras su misteriosa retirada hace algunos años, quizás por su reducido precio, no hay marcas comerciales que lo vendan y hay que formularlo en farmacias como fórmula magistral, evidentemente más caro” puntualiza el dermatólogo, quien añade, además, que, quizás, estudios como éste supongan un posible apoyo para su comercialización de nuevo”.
En anteriores investigaciones relacionadas con la eficacia de este fármaco en pacientes con cáncer y con queratosis actínica, ya se había observado que su uso tópico influía en la apariencia y la textura de la piel. “Sin embargo, no se había analizado formalmente. Ahora, nosotros hemos estudiado si las personas con queratosis actínica tratadas con fluorouracilo en crema experimentan cambios en cuanto a los habituales signos de la edad”.
Arrugas, piel más delgada y pálida, aspereza cutánea, hiperpigmentación, manchas de la edad… Según los resultados de la investigación, estas señales mejoraban. Algunas, incluso desde la segunda semana, como es el caso de la palidez y otras, como las manchas, a partir del mes y medio.
Para llegar a esta conclusión, un grupo de especialistas del departamento de Dermatología de la Universidad de Michigan ha evaluado las variaciones clínicas y moleculares de la piel de 21 voluntarios con queratosis actínica, una enfermedad provocada por la exposición solar que se caracteriza por parches escamosos y ásperos o bultos de color rojo.
Aparece especialmente a partir de los 50 años, ya que el daño solar de la piel es acumulativo. Aunque son lesiones precancerosas, en principio, benignas, pueden convertirse en cáncer de piel.
Durante dos semanas, los participantes (cuyas edades oscilaban entre los 56 y los 85 años) se aplicaron un 5% de fluorouracilo en la cara dos veces al día. A través de biopsias y de evaluaciones clínicas, los expertos pudieron observar la evolución cutánea de cada individuo. Les hicieron fotografías al comienzo del estudio, una, dos cuatro, seis, 10 y 24 semanas después.
Tres dermatólogos que no estaban implicados en la investigación fueron los encargados de examinar dichas imágenes. Finalmente, los miembros de este trabajo completaron una encuesta en semana 10 sobre sus percepciones. Como ya se había demostrado en anteriores estudios, gracias a este tratamiento, la queratosis actínica se redujo considerablemente.
Fuente: Benedict Carey