No hay reglas fijas en los cánones de belleza. La moda es cambiante y lo que tiempo atrás pudiera ser un problema, incluso un estigma, actualmente se convierte en algo tolerado y buscado. Algo así sucede con la calvicie, es decir, la ausencia o pérdida de cabello, generalmente en la cabeza.
Hoy día, ser calvo ya no es algo mal visto y muchos famosos deciden en algún momento, por propia voluntad, raparse el cuero cabelludo. Imagen tenemos de actrices norteamericanas como Demi Moore o Britney Speks, o modelos de pasarela de talla internacional.
La calvicie o alopecia es una manifestación fisiológica que sucede en personas con predisposición genética para ello. Los factores hormonales son su principal origen, y las personas afectadas segregan en la adolescencia una enzima llamada 5-alfa-reductasa que transforma la testosterona. Ello provoca el adelgazamiento del pelo y disminución progresiva de los folículos pilosos donde nace. Es mucho más frecuente en hombres que en mujeres y, a veces, esta pérdida se produce en otras partes del cuerpo donde exista posibilidad de crecer pelo.
La disminución de los folículos produce una caída progresiva del cabello desde la frente y la coronilla para ir siendo mayor con los años. A menudo se asocia a cabellos grasos y presencia de caspa, por el ezcema seborreico asociado. No obstante, además de los factores hormonales, contribuyen a la calvicie antecedentes familiares, envejecimiento, quemaduras, traumatismos, carencia de vitaminas y algunas enfermedades.
Si la persona no desea mantener su calva, existen varios tratamientos para reforzar el pelo, consistentes en productos hormonales que convierten la testosterona en dehidrotestosterona. Pero los efectos secundarios son algo severos, tales como impotencia, ausencia de libido, proliferación de acné, alergias y algunos problemas urinarios. Por lo tanto, se debe tener sumo cuidado en la administración de estos fármacos y han de realizarse bajo la estricta vigilancia del dermatólogo o especialista. Algunas lociones tópicas son también aconsejables.
Los mejores tratamientos son las llamadas extensiones, hoy muy utilizadas en salones de belleza y peluquerías, así como los trasplantes de cabello. Estos son una técnica que empieza a cobrar fuerza en la actualidad, si bien suelen ser costosos y deben practicarse bajo vigilancia médica. Muchas personas se someten a ellos después de sesiones de quimioterapia o radioterapia para combatir tumores o cáncer, que contribuyen a la pérdida de pelo.
De todos modos, la moda actual no contempla con ningún problema estético a los calvos y, de hecho, muchas personas exhiben su cabecita rapada con el mayor de los orgullos. Se puede afirmar que. Hoy día, ser calvos no supone ningún problema. Y, en todo caso, siempre queda el recurso de las consabidas pelucas. La alopecia tiene solución.
Fuente: Pilar Ferrer