La resurrección de Cristo, que este domingo celebran los cristianos, marca el inicio de lo que se conoce como el tiempo pascual, un periodo de 50 días en el que prevalece el gozo porque se renueva la fe en la vida eterna, explica el Padre Ricardo Valenzuela, secretario de la Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México.
Del lunes 24 de marzo al domingo 11 de mayo transcurrirá el tiempo pascual de este 2008.
La palabra pascua deriva del hebreo pesah, que significa paso. “Para los cristianos, la palabra pascua se refiere especialmente a Cristo, que pasa de la muerte en la cruz a la vida en la resurrección, iniciando así la nueva pascua para todos los hombres: el paso del pecado a la gracia y de la muerte a la resurrección”, explica el sacerdote José de Jesús Aguilar en su libro Pregúntale al Padre José de Editorial Diana.
“Toda nuestra fe cristiana está basada en la Pascua de Cristo. Él padece, muere y resucita, y ese es un paso, un encuentro de él con nosotros; su resurrección es el paso de la muerte a la vida”, explica Valenzuela.
El mensaje de fe que los cristianos reciben en este periodo, que consta de nueve domingos, siempre se inscribe en el ámbito de la alegría.
“En la vida diaria, la Pascua se debe concebir como un momento de abundancia; la propuesta cristiana es que, aun cuando estemos en dificultades, tenemos una esperanza firme en Cristo, que ha resucitado para darnos vida”, señala Valenzuela.
Así, en la misa de cada domingo del tiempo pascual, se dicen a los fieles mensajes para renovar la fe.
“Debemos esperar nuestra propia Pascua, es decir, el momento del retorno glorioso de Cristo, y nuestra propia resurrección”, comenta el secretario de la Pastoral Litúrgica.
Hay que esperar ese momento, indica Valenzuela, con la misma emoción con la que se espera a un ser querido en el aeropuerto, “aunque el avión se retrase”.
“Esta idea, como fin, es muy padre, pero a veces es difícil de entender; de hecho, a los cristianos los llegaron a considerar como locos por tener fe en ese momento”, cuenta.
El tiempo pascual también lo pueden aprovechar los cristianos para reflexionar sobre su relación con la Iglesia.
“¿Qué es lo que hacemos cuando se comete un pecado o cuando nos olvidamos de la fe y de la Iglesia? Pues, empezamos a negar nuestra alegría pascual, y entonces vivimos en la muerte, como hijos de las tinieblas, encadenados a este mundo, a sus vicios, y nos olvidamos de que Cristo resucitó por nosotros, para prometernos la vida eterna”, considera Valenzuela.
Agua de Gloria
El agua de la pila bautismal se bendice con un gesto muy significativo: se introduce en ella el cirio, como un símbolo de que Cristo la penetra y la fecunda para que dé abundantes hijos de Dios.
Se cree que todos los bautizados no morirán para siempre, sino que resucitarán por el poder de Cristo; esta es la razón por la que se bendice el agua y se le llama también agua de gloria, porque Cristo abrió la gloria el día de la Pascua, señala el semanario católico Desde la fe.
Después de la misa de resurrección y durante la semana de Pascua, muchas personas llevan agua de gloria a sus hogares para renovar la bendición de su casa y alejar todo mal.
Signos sagrados
Durante los festejos de Semana Santa, algunos símbolos cobran mayor significado.
· El cirio representa a Cristo, quien trae la luz del mundo.
· La misa, durante el tiempo pascual, se centra en mensajes para renovar la fe.
· Quienes están bautizados no mueren para siempre, sino que resucitarán.
Fuente: Padre Ricardo Valenzuela