El lunch tiene como función principal ser una fuente de energía adicional que permita a tus hijos prestar mayor atención y concentrarse en clase, señala Sonia Hernández, nutrióloga.
En su artículo “Refrigerios saludables para escolares“, señala que el refrigerio escolar debe proveer los nutrimentos y la energía necesarios además de mantener la saciedad entre comidas cuando el tiempo transcurrido entre estas es de cinco o más horas.
“Se recomienda que el refrigerio de tu hijo cubra de 15 a 20 por ciento de las recomendaciones diarias de energía“, detalla.
Por ejemplo, para un alumno de preescolar que requiere mil 300 calorías al día, el refrigerio debe aportar entre 216 y 239 calorías; para un niño de primaria que requiere mil 579 calorías al día, el refrigerio debe aportar entre 263 y 290 calorías; y para un estudiante de secundaria que requiere 2 mil 183 calorías al día, el refrigerio debe aportar entre 363 y 401 calorías.
Los alimentos que pongas en la lonchera de tu hijo deben incluir diariamente una o más porciones de verduras y frutas, agua simple a libre demanda y alimentos preparados como un sandwich, señala la especialista.
“Los alimentos preparados pueden sustituirse • preferentemente solo dos veces por semana• por algún alimento líquido como leche semidescremada, yogur, alimentos lácteos fermentados, jugos de frutas, verduras y néctares o alimentos líquidos de soya, de preferencia libres de edulcorantes no calóricos”, agrega.
Algunos consejos
• Incluye aquellos alimentos que sean seguros a temperatura ambiente como pan integral, frutas enteras, quesos, nueces, palomitas de maíz con poca grasa y sal.
• De preferencia evita alimentos que se derritan con facilidad o que puedan descomponerse rápidamente (como gelatinas y flanes), y resultar desagradables al paladar del niño.
• Cuando mandes alimentos que se tengan que conservar calientes, procura mantenerlos en recipientes térmicos para que mantengan su temperatura.
• De preferencia evita incluir en el refrigerio escolar aquellos alimentos que pueden fermentarse o enranciarse fácilmente.
• Permite que tus hijos participen en la preparación y selección de los alimentos a incluir en el refrigerio.
• Empaca adecuadamente los alimentos en recipientes prácticos, limpios y seguros.
Fuente: Sonia Hernández