Es como una cuenta atrás. Si los fumadores fueran conscientes de la velocidad con la que envejecen sus pulmones, sería mucho más probable que abandonaran su adicción. Así lo demuestran los autores de una investigación que aparece publicada en The British Medical Journal (‘BMJ’).
Tras someter a los fumadores a una espirometría (una prueba para medir la función respiratoria) los especialistas les explican los datos obtenidos en forma de ‘edad pulmonar’, y los comparan con los de una persona sana. Por lo general, los adictos al cigarrillo presentarán un desfase entre la edad de sus pulmones, que será mayor, y la que les corresponde cronológicamente.
Los expertos inciden en la importancia de ofrecer este tipo de información en la consulta de atención primaria. Y, para demostrar la valía de su sugerencia, analizaron el efecto de transmitir estos datos a 500 pacientes, procedentes de cinco centros de Hertfordshire, Inglaterra.
Tras someterse a una espirometría, los participantes, todos ellos mayores de 35 años, fueron clasificados en dos grupos. Uno de ellos, el de intervención, recibió los resultados de la prueba en términos de edad pulmonar. Y al otro se le mostraron los datos en un gráfico menos explícito. A todos se les recomendó abandonar el hábito y se les refirió a los centros especializados del sistema de salud pública británico.
Después de un año de seguimiento, los autores explican que las tasas de abandono rondaron el 13.6% y el 6.4% en el grupo de intervención y en el de control, respectivamente. “Comunicarle a los pacientes cuál es su edad pulmonar se asoció con una reducción absoluta del 7.2% en la cifra de tabaquismo”, matizan.
El documento aclara, además, que, entre los fumadores, la severidad del daño pulmonar no guarda una relación causal con la probabilidad de dejar de fumar: “Las personas con peor edad pulmonar, según la espirometría, no fueron más propensos a dejarlo”.
Fuente: elmundo.es