Los sesudos ‘eurofuncionarios’ que han gestado la propuesta para ampliar a un máximo de 65 horas la semana laboral deberían echarle un vistazo al último número de la revista Journal of Occupational and Environmental Medicine. Un grupo de científicos australianos advierte de que los empleados que trabajan más de 60 horas semanales son los que tienen mayor riesgo de sufrir trastornos mentales causados por el estrés laboral.
Los investigadores entrevistaron nada menos que a 60,500 trabajadores de 58 compañías públicas y privadas de toda Australia y les sometieron a un detallado cuestionario diseñado para medir la prevalencia de patologías mentales. La encuesta incluía cuestiones sobre cuatro trastornos diferentes: depresión, ansiedad, otros problemas emocionales y abuso de sustancias. También les preguntaron por las características del puesto de trabajo (ejecutivo, administrativo, técnico, miembro de seguridad…), el número de horas ‘en el tajo’ y su situación familiar.
Los resultados demostraron que el 5% de ellos tenía niveles de estrés tan elevados que aumentaban su riesgo de sufrir algún trastorno mental serio. Otro 9,6% adicional tenía estrés ‘moderado’, lo que también fue considerado como un indicador de sufrir una ‘posible’ patología psicológica.
A pesar de estas cifras, sólo el 22% de los trabajadores con peores niveles de estrés estaba en tratamiento psicológico y un 31% de ellos negaba que tuviese ningún problema. Un 7% más de varones que de mujeres estresados tenía dificultades para reconocer su estado mental a juzgar por sus respuestas; también eran menos los hombres que se encontraban recibiendo terapia.
Separados, comerciales… y exceso de horas
Según su estatus civil, el trabajo señala que los trabajadores que vivían en pareja (bien casados, o no) eran los que menos estrés padecían, mientras que las peores tasas de riesgo mental se observaron entre los separados (más aún que entre los divorciados). Un bajo nivel de educación también indicaba peor pronóstico.
Por las características del trabajo, los más afectados por el estrés eran los comerciales (5,6% de los hombres dedicados a ello y 7,5% de las mujeres), quienes dedicaban más de 60 horas a la semana a su trabajo y los que desempeñaban algún trabajo más propio del otro sexo. Es decir, las mujeres que realizaban tareas técnicas y de operarias y los varones en puestos de administrativo u oficinista.
“El predictor de riesgo de estrés más importante fue el número de horas“, apuntan. “Los varones que se supone que debían trabajar más de 60 tenían cuatro veces mayor riesgo y las mujeres, el doble de riesgo. Las elevadas demandas laborales y la presión por hacer horas extra están relacionadas con un peor bienestar mental, que puede extenderse hasta la vida familiar, y aumentar el riesgo de depresión”.
Prevención de riesgos mentales
La investigación, publicada en la revista Journal of Occupational and Environmental Medicine, señala que en una época en la que ha aumentado la preocupación de las empresas por potenciar la prevención de riesgos laborales y reducir los peligros físicos, se ha descuidado otro aspecto importante de la salud de sus empleados: sus problemas mentales.
Por eso, el estudio recomienda a los empleadores que presten atención a este grupo de enfermedades que “reducen significativamente la productividad de sus trabajadores, aumentan las ausencias del puesto de trabajo y les desgasta mentalmente”. Hay que tener en cuenta, apuntan, que a medida que empeoran la gravedad y el número de patologías, aumentan los días de ausencia en el trabajo y los costes económicos del problema.
A juicio de los autores, dirigidos por Michael Hilton, de la Universidad de Queensland, los factores de riesgo identificados en esta macroinvestigación deberían ayudar a guiar la decisión de empresarios y autoridades para promover adecuados programas de prevención. Que Bruselas les oiga.
Fuente: elmundo.es