Para los jóvenes que padecen algún trastorno alimenticio, como bulimia o anorexia nerviosa, practicar yoga podría brindarles más que un momento de relajación o meditación.
Un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health demostró que los síntomas de los desórdenes alimenticios disminuyen en mayor medida en los pacientes que además de llevar un tratamiento, practican yoga.
La investigadora Rain Carei, una de las cuatro autoras del artículo “Randomized Controlled Clinical Trial of Yoga in the Treatment of Eating Disorders“, afirma que los jóvenes que practicaron yoga durante ocho semanas al final tenían menos preocupación en torno a la comida, lo que significa que funcionaban mejor.
“Los chicos con desórdenes alimenticios se preocupan porque piensan en la comida y en comer todo el tiempo hasta el punto de que se vuelve debilitante: no se paran de la cama, no van a la escuela y no hacen nada.
“También estaban menos preocupados en cómo se veía su cuerpo“, afirma Carei en entrevista telefónica desde Gig Harbor, Washington.
El estudio en el que participaron también Amber L. Fyfe-Johnson, Cora C. Breuner y Margaret A. Brown, incluyó a 50 mujeres y 4 varones de entre 11 y 21 años de edad. Ellas estaban muy enfermas, casi la mitad había sido hospitalizada debido a su desorden alimenticio, y eran tratadas en una clínica externa del Seattle Children’s Hospital.
De este grupo, aleatoriamente, la mitad de los pacientes recibió, durante ocho semanas, la asistencia médica estándar; mientras que el número restante, además de la terapia, asistió a dos sesiones de yoga por semana.
Los resultados se obtuvieron tras un mes de seguimiento en el que se incluyó la Examinación para Desórdenes Alimenticios (EDE, por sus siglas en inglés), el Ándice de Masa Corporal (IMC), las escalas Beck Depression Inventory y State-Trait Anxiety Inventory y el cuestionario Food Preoccupation.
¿Por qué yoga?
Una de las ideas de incluir esta disciplina como parte del tratamiento para resolver problemas de alimentación fue dar a los pacientes algo para concentrar su ansiedad y depresión y que a la vez fuera una forma de ejercicio, indica Carei.
Quienes padecen desórdenes alteran biológicamente su cerebro y experimentan situaciones que exacerban sus sentimientos. Además, los individuos con desórdenes alimenticios se sobreejercitan considerablemente.
“Cuando llegan a consulta, el médico les indica que deben dejar de hacer ejercicio o les pone restricciones respecto al ejercicio.
“Esto puede ser muy estresante para ellos, por lo que dejan de comer, o bien, continúan ejercitándose, lo que puede resultar muy peligroso, sobre todo para las adolescentes con anorexia nerviosa”, advierte la especialista en psicología clínica.
Con base en estos antecedentes hicieron el estudio. Seleccionaron a jóvenes con trastornos alimenticios que tuvieran un ritmo cardiaco de unas 44 pulsaciones por minuto, que no usaran drogas o alcohol y que no tuvieran un desorden de personalidad.
Los resultados indican que el grupo que no hizo yoga mostró mejoras durante el tratamiento, pero tuvo una recaída un mes después.
El grupo de yoga, aunque tuvo una mejoría más lenta, un mes después mostró beneficios más sólidos.
Además, los dos grupos mantuvieron su índice de masa corporal y tuvieron un decremento en ansiedad y depresión.
¿Cuál será la razón de que el yoga ofrezca estos beneficios para los pacientes con trastornos alimenticios?
Carei dice que como estas personas tienden a estar “divorciadas” de su cuerpo, el yoga les brinda una especie de conexión con él.
“Creo que el yoga los ayudó a darse cuenta de su cuerpo, a hacer algo positivo con él que no fuera solamente estarse enfocando con su forma o peso”, concluyó la investigadora.
Problemas al comer
Los expertos distinguen tres trastornos:
Anorexia
Se caracteriza por una gran reducción de la ingesta de alimentos. Esta disminución no responde a una falta de apetito, sino a una resistencia a comer motivada por la preocupación excesiva de subir de peso.
Bulimia
El consumo de alimento se hace en forma de atracón. Son episodios de voracidad seguidos de un sentimiento de culpa, por ello se recurre a medidas compensatorias inadecuadas, como la autoinducción del vómito y el uso abusivo de laxantes.
Fuente: Rain Carei, OMS y Secretaría de Salud
Me gustaría brindar al mundo el sufrimiento que padezco desde los 12 años y tengo 60, sobre la anorexia y distribuirlo por las redes sociales, para que el mundo sea más consciente de esta enfermedad.