Aumento en la frecuencia cardíaca y respiratoria, sudoración, mareos e incluso tensión muscular son síntomas por los que las personas suelen confundir un ataque de ansiedad con un ataque cardiorrespiratorio.
De hecho, hay personas con estos síntomas que acuden al servicio de urgencias porque creen que están ante un problema físico grave. Sin embargo, éstos son producto de la ansiedad.
El experto aclara que esto se debe a que a las personas se les dificulta entender que los síntomas físicos pueden ser provocados por pensamientos que se relacionan con el miedo, el cual generalmente es ante hechos que no están sucediendo.
A nivel psicológico, es un miedo anticipatorio. La ansiedad es la hermana gemela del miedo, pero ésta ocurre en ausencia de un estímulo.
Las personas deben estar atentas a otros síntomas, como la dificultad para dormir y para concentrarse, así como la irritabilidad, los cuales también se presentan por ansiedad.
De acuerdo con especialistas, todas las personas presentan cierto grado de ansiedad proque se trata de una emoción natural, pero se habla de un trastorno cuando hay afectación en las distintas esferas de la vida.
Para tratarlo, lo ideal es combinar las terapia farmacológica con la psicoterapéutica.
Pero el especialista además aconseja aprender técnicas de relajación. Buscar un lugar tranquilo y seguro, donde se puedan realizar ejercicios de respiración profunda. También aconseja practicar disciplinas como yoga.
Realizar ejercicio es otra opción, así como acercarse a las redes de apoyo familiares y de amigos.
Controla la ansiedad
Controla la preocupación. Elige un lugar y una hora para preocuparte. Haz que sea el mismo lugar y el mismo día todos los días. Pasa 30 minutos pensando en tus preocupaciones y lo que puedes hacer al respecto. No pienses en lo que podría suceder. Enfócate más en lo que realmente está sucediendo. Entonces, olvida la preocupación y continúa con tu día.
Respira profundamente. Acuéstate sobre una superficie plana. Coloca una mano sobre el estómago, por encima del ombligo; coloca la otra mano en el pecho. Inhala lentamente y trata de hacer que tu estómago se eleve un poco. Mantén la respiración durante un segundo. Exhala lentamente y deja que tu estómago vuelva a bajar.
Relaja tus músculos. Empieza por elegir un músculo y manténlo apretado durante unos segundos. Luego relaja el músculo. Haz esto con todos sus músculos, una parte del cuerpo a la vez. Intenta comenzar con los músculos de los pies y continúa con las partes superiores del cuerpo.
Ejercítate. El ejercicio proporciona una sensación de bienestar y ayuda a disminuir los sentimientos de ansiedad.
Descansa lo suficiente. El sueño ofrece descanso a tu cerebro y tu cuerpo. Puede mejorar la sensación general de bienestar y tu estado de ánimo.
Evita el abuso de alcohol. Puede parecer que el alcohol relaja, pero, a la larga, empeora la ansiedad y causa más problemas.
Reduce la cafeína. La cafeína se encuentra en el chocolate, el café, los refrescos y el té. La cafeína puede aumentar tu sensación de ansiedad porque estimula el sistema nervioso.
Combate directo. Enfréntate a los hechos que te hicieron sentir ansioso en el pasado. Comienza imaginando que te enfrentas a éstos. Entonces puedes acostumbrarte a la idea de enfrentar los hechos que te hacen sentir ansioso antes de que realmente sucedan.
fuente: David Hernández, Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.