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Mujeres al borde de un infarto

La diferencia entre hombres y mujeres no sólo la marca el género, también los síntomas de un infarto.

La diferencia entre hombres y mujeres no sólo la marca el género, también los síntomas de un infarto.

Y es que en ellas las manifestaciones clínicas son distintas a las de los varones, y con frecuencia se pasan por alto, aumentando así el índice de mortalidad.

Opresión en la espalda, ardor en el pecho o falta de aire no se interpretarían como síntomas relevantes de este mal, sin embargo, pueden ser indicios de una enfermedad isquémica del corazón.

Algunas pacientes pueden referir fatiga y cansancio extremo, así como dolor en la boca del estómago cuando se afecta la parte inferior del corazón que descansa sobre el diafragma, señala Jesús Siller, especialista del Instituto de Cardiología y Medicina Vascular del Tec de Monterrey.

“El principal problema es que los síntomas en la mujer suelen no relacionarse con un infarto y se ignoran”, advierte.

De hecho, las pacientes pueden sentir dolor, ardor y molestias en la espalda por varias semanas antes de sufrir un infarto, por eso es importante acudir con un especialista para evitar complicaciones o incluso la muerte.

“El infarto es un síntoma catastrófico de una enfermedad llamada ateroesclerosis coronaria, que se refiere a la obstrucción de las arterias coronarias por placa o tapones de grasa y colesterol, llamados ateromas”, explica.

Una arteria puede estar obstruida en un 90 por ciento y no provocar síntomas hasta que la placa o tapón se rompe.

“El infarto se detona cuando al romperse esa placa libera sustancias a la sangre que precipitan la formación de un coágulo que obstruye agudamente las arterias”, manifiesta.

Al interrumpirse repentinamente la circulación sanguínea, el músculo del corazón o miocardio se infarta.

Aunque durante su época fértil la mujer está protegida de problemas cardiacos gracias a la producción natural de estrógenos y hormonas, existen factores de riesgo como el cigarro, la diabetes y la hipertensión, que aumentan sus probabilidades de presentar un infarto antes del climaterio o menopausia.

“Tras la menopausia, las mujeres enfrentan mayores riesgos de problemas cardiacos porque pierden la protección que les daban los estrógenos, el perfil de lípidos cambia y los niveles de colesterol malo aumentan”, indica.

En esta etapa, la terapia hormonal de reemplazo es importante para reducir riesgos.

Para que sigas amando con tu corazón, ámalo y atiende su salud.

Fuente: María Torres

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