Mientras algunos piensan que la ‘arruga es bella’, otros temen su aparición. Para estos últimos, existen distintas fórmulas que, en definitiva, rejuvenecen el aspecto. Entre ellas, los afamados agentes de relleno, especialmente, el ácido hialurónico, cuyas aplicaciones, hoy en día, se han extendido a otras zonas del cuerpo, además de la cara.
Los rellenos de arrugas, en general, “constituyen una de las mejores herramientas para el rejuvenecimiento de la piel y, concretamente, el ácido hialurónico se ha convertido en el punto de referencia entre los rellenos actuales“, afirma el doctor Andre Pierre en un estudio publicado en la revista Journal of Cosmetic Dermatology.
Según explica el autor, el colágeno fue el primer relleno que comenzó a utilizarse para las arrugas y el aumento de los labios. A partir de 1996 se empezó a utilizar el ácido hialurónico, un polisacárido que también “está presente de forma natural en nuestro organismo. Por su capacidad para captar y retener moléculas de agua, resulta básico para la hidratación de la piel”, afirma la doctora especialista en Estética Mar Mira.
Con el tiempo, “el ácido hialurónico ha desbancado absolutamente al colágeno, porque permite diferentes concentraciones dependiendo de la corrección que se vaya a realizar, los resultados se mantienen durante más tiempo y el hecho de que sea sintético, no derivado de animales, es una gran ventaja”, expone Josefina Royo, médico estético y miembro de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC).
Aunque el ácido hialurónico es una sustancia presente en el organismo, con la edad, argumenta la doctora Mira, “nuestra producción natural de este ácido disminuye en cantidad y calidad, lo que se traduce en deshidratación y arrugas, dos cuestiones que pueden compensarse gracias al aporte externo de esta sustancia”.
Para intentar recomponer esta situación, existen varios tipos de rellenos que se clasifican en dos categorías: biodegradables y permanentes. “En dermatología estética es más seguro utilizar agentes biodegradables, ya que cualquier complicación que pudiera surgir se resolverá espontáneamente en la mayoría de los casos”, indica Andre Pierre.
La especialista en Medicina Estética María Elena Fernández, consejera científica y de investigación del Colegio de Médicos de Madrid, España, incide en la misma idea. “La alta biocompatibilidad y completa biodegradación, hace que el ácido hialurónico sea uno de los rellenos más seguros. Las reacciones adversas son infrecuentes, transitorias y sin secuelas”.
Entre algunos de los síntomas que pueden aparecer están “los hematomas, edemas después de tratar la zona, infecciones y posibles granulomas, que se reabsorben”, concreta la doctora Carmen Gorosabel, miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
A pesar de que los efectos adversos son infrecuentes, los especialistas coinciden en señalar que hay determinados casos en los que la aplicación del ácido hialurónico está contraindicada. Así, por ejemplo, no es recomendable en personas con complicaciones de cicatrización (tendencia queloidea) o enfermedades autoinmunes.
Fuente: elmundo.es