”Si en este momento no estás apreciando tu vida, lo que tienes, tu trabajo actual, tus relaciones y tu salud, difícilmente lo harás mañana. Nuestra capacidad para disfrutar la vida está dentro de nosotros, no en el exterior”
“Perdona, ¿me puedes ayudar?”, le dice un pequeño pez a otro más grande. “Tú, que tienes más experiencia, ¿me puedes decir dónde puedo encontrar eso que llaman océano? Lo he buscado por todos lados y no lo encuentro”. “El océano”, le dice el pez más grande, “es el lugar donde estás ahora”. “¿Estooo?”, le contesta el pequeño pez, decepcionado. “Pero esto es sólo agua. Lo que estoy buscando es el océano”.
Este breve cuento me gusta mucho, porque los seres humanos somos así, tal cual. No nos damos cuenta de la cantidad de bendiciones que la vida nos ha dado y, por lo general, sólo enfocamos nuestra atención en aquello que nos falta.
En esta época de reflexión, piensa que cada uno de nosotros es un milagro. Estamos vivos, tenemos ojos, oídos, pies y cerebro, entre otras maravillas. Y mientras haya salud, aire, agua y comida para vivir, el resto está en nuestras manos.
Si en este momento no estás apreciando tu vida, lo que tienes, tu trabajo actual, tus relaciones y tu salud, difícilmente lo harás mañana. Nuestra capacidad para disfrutar la vida está dentro de nosotros, no en el exterior. Lo felices que podamos ser no depende de algo ajeno a nosotros, sino de la forma en que escojamos vivir. Como decía Victor Frankl: “Aun en prisión, nadie me puede quitar la actitud que tenga frente a la vida”.
Si eres una persona que necesita más para sentirse completa, aun cuando sigas acumulando, caerás en la trampa sin fin de seguir sintiéndote incompleta.
El cuerpo que tenemos no puede poseer ni llevarse nada cuando se vaya. Todo lo que llega a nuestra vida es para servirnos, no para convertirnos en esclavos de ello.
Además, ¿sabías que aquello en lo que enfocas tus pensamientos se expande? Por ejemplo, piensa en cuando te da gripa. Si sólo te enfocas en ella, todo el día le comunicas a la gente lo mal que te sientes, y te autocompadeces. Ahí es cuando tu energía se va a la gripa, que tanto te enorgullece. Sin embargo, si enfocas tu atención en todas las partes de tu cuerpo que están sanas, y les dices a los demás lo bien que te sientes, expandes tu bienestar y, aunque no lo creas, te sientes mejor.
Es un hecho que actuamos de acuerdo con nuestros pensamientos. Y éstos, literalmente, transforman la manera en que vivimos. Como consecuencia, si gastamos gran parte de nuestra vida en enfocarnos en aquello que no tenemos, que deseamos o que nos falta, es eso precisamente lo que expandiremos en nuestra vida: lo negativo y la frustración.
Fuente: Gaby Vargas
tienes toda la razón en lo que dices nunca me había puesto a pensar en que la mayor parte del tiempo me la paso pensando en todo lo malo que me pasa y no reflexiono de lo bueno que tengo y lo peor es que no solamente me hago mal ami si no a otras personas que están a mi lado por que no solo quiero sentirme derrotada sola sino que quiero tener a alguien a quien echarle la culpa de todos mis problemas.