Toma unas clases para sorprender

La miel es rica pero empalagosa, así que si no quieres que tu futuro marido se empache decídete a que en tu luna de miel haya más que eso: sedúcelo con un baile erótico.

Como seguro él ya conoce tu faceta dulce y romántica, lo mejor para esos días en el paraíso es que lo sorprendas convirtiéndote en su mejor afrodisiaco.

Bailar sexy de un día para otro no es fácil, pero tampoco imposible, además puede ofrecerte muchos beneficios, pues, según Edith Nava, bailarina profesional que imparte un taller de sensualidad y seducción, las mujeres que dejan que su personalidad seductora aflore tienen encuentros sexuales más placenteros: eso sin contar que su autoestima se eleva y ganan seguridad en lo que hagan.

Desde luego hay que ir por partes. La primera lección de la bailarina consiste en enseñarte a caminar con seguridad, con pasos largos, sacando el pecho y los glúteos, alargando el cuello, con la mirada altiva y desde luego con un candente contoneo.

Después te enseña a tocarte. Nava pone el ejemplo. Llega el turno a las alumnas, quienes mientras se miran nerviosas al espejo, y al ritmo de una melodía sensual, van recorriendo con sus manos desde su cabeza hasta su cadera, pasando por sus senos, sus costillas y su cintura.

Al principio les cuesta trabajo, pero después los movimientos fluyen. Y esa es la principal meta de Nava, quien a lo largo del taller busca que sus alumnas “vayan sacando su sensualidad y se vayan gustando”.

“La sensualidad no tiene nada que ver con el físico pues a una mujer insegura no le sirve de nada la belleza”, comenta.

Caminar y tocarse de manera segura y placentera suena tan básico, pero lo cierto es que durante las primeras horas del taller, que se imparte durante un fin de semana, las alumnas están rígidas.

Al concluir las mujeres tímidas y recatadas se gradúan como profesionales de la seducción, asegura Nava. De todo lo que hay que aprender quizá lo más difícil es el control de la mirada.

Llega un momento en que las alumnas sienten que ya dominan cómo caminar y tocarse, pero adolecen de un elemento básico: una mirada que atrape la atención del amado y con la que se dé rienda suelta al dialogo erótico.

Mirar a tu pareja sin titubear, mientras le bailas, es de lo más complicado, por eso si te ganan los nervios, baja la mirada hacia alguna parte de tu cuerpo que estés tocándote o moviendo para que él enfoque su atención en eso. Lo que es imperdonable es romper de tajo la conexión.

Éste es uno de los principales tips que Nava comparte con sus alumnas.

Una vez que logran que los movimientos torpes se transformen en un baile sensual, obtienen conocimientos más avanzados: cómo despojarse de la ropa.

Para Nava, quien tiene conocimientos de ballet y danza clásica, aprender este baile tiene beneficios no sólo en la relación de pareja,sino en cómo se percibe la mujer a sí misma.

Fuente: Edith Nava, Body and Art -MX 5536 8389-