Desde el nacimiento es necesario buscar momentos para generar estimulación multisensorial y promover el desarrollo de los bebés.
La estimulación multisensorial consiste en estimular todos los sentidos del bebé de forma conjunta hablándole, viéndolo directamente a los ojos, acariciándolo y utilizando aromas.
El niño empieza a escuchar y a percibir cambios de luz y oscuridad a partir del segundo trimestre del embarazo, al momento del nacimiento el bebé ya tiene todos sus sentidos funcionales y lo que hay que hacer es ayudarle a desarrollarlos para que pueda interpretar los estímulos.
Sentir se refiere solamente a activar el receptor pero la sensación implica el procesamiento del cerebro para interpretar y dar un contexto, una connotación, un significado.
La lactancia es un momento ideal para estimular todos los sentidos del bebé y al mismo tiempo generar apego.
Los estudios demuestran que acercar al bebé para que se alimente del pecho de la madre los primeros 30 minutos de vida es fundamental para generar el apego.
Pero además, al percibir el olor de la madre se estimula el olfato, al haber contacto visual se estimula el sentido de la vista, al alimentarlo y estar en contacto piel con piel se estimula el gusto y el tacto, todo esto ayuda al bebé a desarrollarse.
El momento del baño también es una gran oportunidad para la estimulación multisensorial, porque como el bebé está desnudo es posible estimular su sentido del tacto acariciando la piel de todo su cuerpo.
Utilizar algún producto con aroma o fragancia que esté probado dermatológicamente ayuda, porque el olfato no remite a algo concreto sino a un contexto, un ambiente que se convierte en una memoria emocional.
Desde el punto de vista de neurología del desarrollo, las fragancias y los aromas son útiles porque ayudan al desarrollo cognitivo de los niños desde recién nacidos.
Los traslados en el coche también pueden convertirse en una oportunidad de estimulación multisensorial si se aprovechan para cantarle al bebé, llamarlo por su nombre, colocarle al frente un móvil con colores brillantes y darle una pelota con texturas.
Fuente: Antonio Rizzoli