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Aditivos en alimentos y bebidas, relacionados con hiperactividad en los niños

Los aditivos comunes que se añaden a algunos alimentos y bebidas para darles un color concreto o potenciar su sabor, especialmente utilizados en los productos destinados a los niños, pueden aumentar los comportamientos hiperactivos en los menores que los consumen. Así de claro, sin medias tintas, lo señala el mayor estudio sobre el tema realizado hasta la fecha.

Aditivos en alimentos y bebidas, relacionados con hiperactividad en los niñosLos aditivos comunes que se añaden a algunos alimentos y bebidas para darles un color concreto o potenciar su sabor, especialmente utilizados en los productos destinados a los niños, pueden aumentar los comportamientos hiperactivos en los menores que los consumen. Así de claro, sin medias tintas, lo señala el mayor estudio sobre el tema realizado hasta la fecha.

Por primera vez, unos investigadores británicos han comprobado científicamente y a gran escala lo que algunos expertos y padres ya sospechaban: la relación que existe entre ciertos aditivos y la hiperactividad.

El estudio, subvencionado por la Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido (FSA, sus siglas en inglés) y publicado en la revista médica The Lancet, concluye que los productos procesados que tienen estos compuestos parecen incrementar los niveles de hiperactividad en los niños de la población general y no sólo en aquellos que ya tienen diagnosticado un trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

La agencia británica, FSA, aconseja a los padres que crean que sus hijos muestran signos de hiperactividad que eviten darles alimentos que contengan colorantes y conservantes. Tanto la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria como su homóloga en España han manifestado estar de acuerdo con esta recomendación.

Jim Stevenson, de la Universidad de Southampton, y su equipo examinaron los efectos de estos aditivos en 153 niños de tres años y 144 chicos de ocho y nueve años. La prueba consistía en ingerir, según el grupo al que fueran asignados los participantes de forma aleatoria, uno de los tres tipos de mezclas elegidas. La mezcla A, la que tenía mayores niveles de aditivos; la mezcla B, que contenía los mismos aditivos que consumen a diario los niños británicos, y por último un placebo, sin aditivos.

Dulces y salados

Los aditivos a los que se refiere el trabajo -E110, E122, E102, E124, E211 (benzoato sódico), E110 y E129- se encuentran en algunas bebidas gaseosas, en gominolas, chocolatinas y diversos aperitivos salados.

Según informa la agencia EFE el benzoato de sodio (E211) es utilizado en refrescos como “Pepsi Max”, “Fanta” o “Sprite”, y los colorantes artificiales E110, E102, E122, E124, E129 y E104, presentes en muchos caramelos y dulces consumidos diariamente por los niños británicos. Por ejemplo, el E110 se utiliza en los aperitivos de maíz “Doritos” y el E122 en la “Fanta”.

Gracias a este análisis los investigadores vieron que las dos bebidas con aditivos aumentaban los comportamientos hiperactivos en todos los menores, aunque la mezcla B, la que imitaba el consumo diario, tenía un efecto más negativo en el grupo de los chicos de ocho y nueve años.

Entre los efectos provocados por estos aditivos destacan el aumento de comportamientos impulsivos y la dificultad para concentrarse, especialmente en la lectura.

“Los resultados de este trabajo son muy importantes porque plantea la pregunta, en la que se deberá profundizar más, de si la retirada de estos aditivos de los alimentos podría reducir los niveles de hiperactividad en los niños”, afirma Stevenson.

Sin conclusiones definitivas

El tema de la relación entre ciertos aditivos y la hiperactividad no es nuevo. “En realidad siempre ha sido una de las áreas de investigación”, reconoce el doctor Francisco Montañés, psiquiatra de la Fundación Hospital Alcorcón. Sobre los nuevos datos publicados, este experto indica que “no permite sacar conclusiones definitivas, ya que se necesitan más estudios de confirmación y clarificación”.

Francisco Montañés matiza que es muy importante dejar claro que “se trata de una asociación de estas sustancias con la hiperactividad, pero no de la causa de la misma. Aunque pueda aumentar el riesgo de tener comportamientos hiperactivos, existen muchos más factores que hay que tener en cuenta en este trastorno”.

Fuente: elmundo.es

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