Dieta & Nutrición

Bebidas con azúcar ganan en tu dieta

En botella, lata, vaso... ¡y mamila! No es broma: dos de cada 100 bebés menores de seis meses ya han sentido el efecto de una bebida dulce y gaseosa en su estómago una o más veces al día; cinco, al menos una vez a la semana, y 92, menos de una vez a la semana.

Bebidas con azúcar ganan en tu dietaEn botella, lata, vaso… ¡y mamila! No es broma: dos de cada 100 bebés menores de seis meses ya han sentido el efecto de una bebida dulce y gaseosa en su estómago una o más veces al día; cinco, al menos una vez a la semana, y 92, menos de una vez a la semana.

Así lo reveló un análisis sobre el consumo de alimentos saludables o con riesgo para la salud, publicado en la Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La gravedad de esta introducción a la dieta de los niños consiste en que, al consumir bebidas de alto contenido de energía, como el refresco, se disminuye el consumo de agua pura, leche y frutas, necesarias para un óptimo desarrollo”, asegura Miguel Klünder-Klünder, nutriólogo del Departamento de Salud Comunitaria en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, miembro del equipo que realizó el análisis, con base en datos de 2004.

Este factor, sumado a la abundante ingesta de grasas y al culto al sedentarismo, ha dado como resultado que 26 por ciento de los niños de entre 5 y 11 años de edad, que uno de cada tres adolescentes, que 72 por ciento de mujeres y 67 por ciento de hombres mayores de 20 años tengan sobrepeso u obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006.

El panorama se complica cuando la población sustituye o adiciona el consumo de refresco con la ingesta de otras bebidas azucaradas, como jugos industrializados -e incluso los naturales-, aguas de sabor, café, tés o atoles endulzados, considera Simón Barquera, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Consecuencias

El consumo de refresco en edades tan tempranas tiene efectos a corto plazo, sobre todo en los menores.

Se propicia inapetencia, caries, gases, cólicos y se limita el crecimiento físico; además, por la baja ingesta de agua pura, leche y frutas, pueden padecer fatiga, dolores musculares, problemas para enfocar la vista y alteraciones en la memoria, explica Klünder-Klünder.

Además se estima que 70 por ciento de los refrescos contiene cafeína, lo cual podría ocasionar alteraciones en la conducta de los niños.

“Tenemos datos, aún no publicados, de un estudio realizado en primarias de la Ciudad de México, en el cual se muestra un consumo mayor de refresco (al del 2004), lo que se relaciona con la aparición de otras enfermedades en los niños, que antes se creían exclusivas de la edad adulta, como la hipertensión arterial y la diabetes”, agrega el nutriólogo.

El refresco contiene azúcares simples que el organismo no requiere de manera tan abundante, y cuan do se toman en exceso se convierten en triglicéridos y grasas.

Está comprobado que la ganancia de peso acelerada hace crecer a los niños en poco tiempo, pero dejan de hacerlo a una edad más temprana, por lo que tienen una menor estatura final, que favorece la obesidad, agrega Klünder-Klünder.

En adolescentes y adultos, el consumo de refresco se ha relacionado con cálculos renales, diabetes mellitus tipo 2, colitis, gastritis, caries y disminución en la absorción de calcio, que afecta a los huesos.

Fuente: Instituto Nacional de Salud Pública

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