La dieta mediterránea complementada con aceite de oliva o frutos secos reduce en tres meses la presión arterial entre un 3 y un 4% y aumenta el llamado colesterol bueno (HDL) entre un 3 y un 6%, según las conclusiones del estudio piloto Prevención con Dieta Mediterránea (Predimed) presentadas recientemente. Los primeros resultados con 772 pacientes del estudio, que continuará otros cuatro años hasta totalizar 9,000 personas, concluyen asimismo que la dieta mediterránea reduce la inflamación de las arterias entre un 8 y un 9%.
En el trabajo participan 200 centros de salud de ocho comunidades autónomas españolas y 17 grupos de investigación, coordinados por el especialista en Medicina Interna del hospital Clínico de Barcelona, Ramón Estruch.
El objetivo último de la investigación es tratar de demostrar el poder preventivo de la dieta mediterránea, que “podría reducir en un 40 o un 50% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares” como el infarto de miocardio o el infarto cerebral, afirmó Estruch en la presentación del trabajo.
Para elaborarlo, fueron elegidos participantes con elevado riesgo cardiovascular: un 57% eran diabéticos, un 27% fumadores, un 74% hipertensos, un 60% tenía el colesterol alto y un 87% presentaba sobrepeso u obesidad.
Los participantes fueron distribuidos en tres grupos: el grupo A consumió dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen (un litro por unidad familiar), el grupo B tomó dieta mediterránea con frutos secos (30 gramos de nueces, avellanas y almendras) y el grupo C siguió la dieta baja en grasas, la pautada habitualmente para este tipo de pacientes.
Además, los participantes fueron aconsejados por los investigadores para seguir la dieta mediterránea de la mejor manera, suministrándoles una relación con los productos que debían comprar o menús adecuados.
Los resultados revelan que tres meses después del inicio de la investigación, la presión se redujo en los grupos A y B y no varió en el C.
Asimismo el colesterol bueno (HDL) aumentó un 6% en el grupo del aceite y un 3% en el de los frutos secos, mientras en el grupo bajo en grasa se mantuvo estable; por su parte el llamado colesterol malo (LDL) bajó en los tres grupos, pero en mayor grado en el A.
El índice de glucosa descendió en los pacientes que siguieron dieta mediterránea (un 3 y un 2%, respectivamente) pero se elevó en un 2% en el grupo C.
Según explicó Estruch, se presupone que en cuatro años se incrementarán las manifestaciones clínicas sobre la conveniencia de la dieta mediterránea. Los pacientes de los tres grupos tuvieron una leve reducción de peso.
En este sentido, el endocrinólogo del Hospital Clínico de Barcelona Emilio Ros rechazó que los frutos secos engorden y afirmó que la ingesta de grasas saludables vegetales tiene un efecto diferente a las grasas de origen animal y además tienen un poder saciante.
Ros destacó que estudios previos han apuntado que la ingesta de frutos secos a diario reduce el colesterol en un 10% y elevan la protección del riesgo cardiovascular a un 40% por su contenido en ácido alfalinolénico, “un omega 3 vegetal” que reduce los triglicéridos y el colesterol malo, incrementa el bueno.
La investigadora del CESIC Valentina Ruiz-Gutiérrez explicó que los participantes en el estudio consumieron aceite de oliva virgen, “el zumo natural” que resulta de la prensa de la aceituna, con un 80% de ácido oleico.
Fuente: EFE