¿Ha intentando con pomadas, masajes, estiramientos y nada le quita el dolor de espalda? Es probable que sea una lesión o una lumbalgia y tenga que recurrir con un especialista.
Se explica que la lumbalgia es la principal causa de incapacidad laboral y que más del 85 por ciento de las personas mayores de 40 años tendrán un episodio de este trastorno alguna vez en su vida.
Y es que el dolor de espalda puede ser multifactorial, desde una contractura muscular, una hernia de disco que presione una raíz nerviosa, una fractura o algún padecimiento reumatológico, una infección renal y en casos extremos un tumor.
La espalda es un área muy sensible y es muy fácil de lastimar: malas posturas, cargar objetos pesados con una mala posición, levantarse cotidianamente mal, a largo plazo te va a generar molestias.
Cuando el origen del dolor es muscular se da tratamiento médico y fisioterapia.
La fisioterapia común es aplicar cambios térmicos como el hielo, infrarrojo, ultrasonido terapéutico que ayuda desinflamar el músculo, electroterapia, masajes.
El tratamiento médico consiste en dar antiinflamatorios, relajantes musculares y analgésicos de rescate en caso de presentar un dolor insoportable.
Después de la visita al médico y el tratamiento es importante que el paciente siga fortaleciendo su musculatura lumbar y la musculatura abdominal.
La mejor faja que podemos tener y podemos usar son nuestros músculos. Si nosotros fortalecemos nuestro abdomen y nuestra espalda no nos regresa el dolor lumbar, siempre y cuando tengamos buenas posturas y una buena higiene de columna.
Para prevenir un dolor en la espalda baja se recomienda:
- Realizar estiramientos de oficina si está sentado por largos periodos.
- Cambiar su postura cada media hora.
- Al despertar, lo ideal es ponerse de lado, bajar los pies y levantarse con los brazos y no con la espalda.
- Tener un colchón ni muy rígido ni muy suave.
- Evita cargar pesas con una mala técnica en el gimnasio.
- Usa faja al cargar algo pesado.
- Evita dormir boca abajo.
- Al agacharte flexione las rodillas.
Fuente: José Eleuterio González