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La incontinencia urinaria

Si sufre de incontinencia urinaria no tiene por qué avergonzarse, pues la solución no está en mantener el problema en secreto y aislarse socialmente, sino en acudir con el médico para buscar el tratamiento adecuado que le brinda una mejor calidad de vida.

La incontinencia urinariaSi sufre de incontinencia urinaria no tiene por qué avergonzarse, pues la solución no está en mantener el problema en secreto y aislarse socialmente, sino en acudir con el médico para buscar el tratamiento adecuado que le brinda una mejor calidad de vida.

La incontinencia urinaria es un problema tan común que cerca de 8 millones de personas en el País lo padece, pero sólo 26 por ciento pide ayuda profesional, pues la pena y la negación siguen siendo grandes barreras en el tratamiento.

“Los pacientes tardan mucho tiempo en ir al médico porque la vergüenza los detiene y cuando buscan ayuda es porque el problema ya es muy grave y ya está afectando seriamente su calidad de vida”, comenta Luis Antonio Reyes, urólogo del Hospital Ángeles Metropolitano, en la Ciudad de México, México.

Las personas suelen vivir intranquilas y estresadas, agrega, dejan de hacer sus actividades habituales, tienen miedo de salir a la calle porque no saben en que momento pueden tener una pérdida de orina y evitan el contacto con la gente porque sienten que huelen mal.

En lugar de asistir con el médico, los pacientes, tanto hombres como mujeres, tratan de paliar el problema utilizando toallas femeninas, para no usar protectores desechables, y poniéndose grandes cantidades de perfume para disfrazar el olor.

Pero los varones sufren mayores dificultades, porque dependen de su pareja para adquirir las toallas sanitarias, además de que al haber menos espacios cerrados en los baños públicos, presentan mayores problemas para cambiarse.

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina, que puede ser desde pequeños goteos hasta la fuga total del líquido que se almacena en la vejiga; el problema es más frecuente en mujeres que en hombres, ya que 75 por ciento de los pacientes son del sexo femenino.

En contra de lo que se piensa, la incontinencia no es un signo exclusivo de los adultos mayores, pues aunque tienen mayor probabilidad de padecerlo porque se agrava con el envejecimiento, cerca de 80 por ciento de los pacientes tiene menos de 65 años, incluyendo niños y jóvenes.

Los síntomas característicos son incremento en la frecuencia para orinar, más de ocho veces en un periodo de 24 horas, sentir la vejiga llena aun después de haber ido al baño, despertar más de dos veces por la noche para ir al baño y tener una salida frecuente e involuntaria de orina.

Reyes explica que las causas más comunes de incontinencia se deben al debilitamiento de los músculos del suelo pélvico, por factores como el embarazo, obesidad y trabajos que requieren un gran esfuerzo físico, y a la deficiencia de estrógenos durante la menopausia.

También es provocada por el consumo de ciertos fármacos, como los antidepresivos, por enfermedades como diabetes, espina bífida, infecciones urinarias y Alzheimer; y en los hombres tras el aumento del tamaño de la próstata o una cirugía de esta.

Actualmente existen varios tratamientos para solucionar el problema, como los productos absorbentes que retienen la orina, ejercicios de rehabilitación del piso pélvico, fármacos y cirugía; pero, cada uno de ellos dependerá de la situación de cada paciente.

“Lo que se busca es mejorar su calidad de vida, permitir que el paciente haga sus actividades habituales, salga a trabajar, haga ejercicio y regrese a casa con la seguridad de que no va a pasar nada y va a estar seco”, señala.

Fuente: Luis Antonio Reyes

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