Los cerdos han tenido un importante papel como intermediarios en la expansión y difusión de todas las grandes pandemias de gripe que ha vivido el mundo. “Desde la conocida como ‘gripe española’ de 1918 a la que afectó a América al llegar los españoles… todas las mutaciones causantes del problema habían pasado antes por estos animales”, explica Teresa Brugal, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología.
Sin embargo, esta experta subraya que no hay motivos para la alarma. “Las condiciones de higiene y sanitarias que tenemos hoy son muy diferentes, por no hablar de las medidas de prevención. Los protocolos de actuación funcionan y estamos muy bien preparados“, comenta.
El profesor Luis Enguantes, del departamento de Biología Molecular y Celular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) coincide en señalar que la situación no puede considerarse preocupante. En primer lugar, explica, porque se está viendo que los afectados por el virus responden bien al tratamiento con antivirales. “Esto nos pone en una situación de ventaja con respecto a lo que ocurrió cuando el síndrome respiratorio severo (SRAS), cuando no había ningún fármaco para controlarlo”, señala.
Enjuanes tampoco quiere comparar la actual situación con la epidemia de gripe que en 1918 se cobró la vida de millones de personas. “Tampoco entonces había ningún antiviral, y ahora disponemos de Tamiflú [nombre comercial de oseltamivir], que los gobiernos ya almacenaron en grandes cantidades con motivo del repunte de gripe aviar en Asia”.
Control efectivo
Según remarca Brugal, las normas de precaución que se han llevado a cabo, como el aislamiento de los pacientes o el control de los pasajeros procedentes de México son claves para evitar la propagación del virus.
Respecto a posibles similitudes de este brote con el de la gripe aviar, esta especialista se muestra tajante: “no tienen nada que ver”.
“En primer lugar porque, con la gripe aviar, nunca se pudo constatar al 100% la infección de persona a persona y, además, porque aquella era mucho más virulenta”, apunta.
“Lo que hay que hacer es calmarse. Realmente se está actuando y se está actuando bien”, insiste. “Dejarse llevar por la alarma sólo provocaría una saturación del sistema sanitario”, concluye.
Fuente: elmundo.es