Unas nuevas guías de bolsillo ayudarán a los profesionales de la salud a identificar a las personas con un alto riesgo de padecer un ataque al corazón o un infarto cerebral. Editadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas pautas pretenden salvar muchas vidas a través de la anticipación. Lograr aplicar el tratamiento más efectivo antes de que sea demasiado tarde es su meta principal.
Según ha anunciado el organismo de la ONU, se han traducido a seis idiomas y pueden ser utilizadas en cualquier situación, con cualquier paciente de cualquier país ya que son muy sencillas de usar. “Es un gran avance. Ahora, los profesionales de todas partes, -ya estén en un centro médico de alta tecnología o visitando a sus pacientes en el campo- pueden usar una herramienta simple para prevenir ataques al corazón e ictus”, ha explicado Margarte Chan, directora general de la OMS.
Es el primer sistema de predicción del riesgo cardiovascular con vocación universal y está especialmente diseñado para que su uso sea sencillo y pueda emplearse en cualquier parte, sobre todo en ámbitos con pocos recursos.
Pautas sencillas y efectivas
Estas guías incluyen pautas para evaluar factores de riesgo como la tensión arterial, los niveles de colesterol, el hábito de fumar, la presencia de diabetes o el sexo y la edad de cada persona.
Además, también incluyen recomendaciones sobre control de peso, hábitos alimenticios o de ejercicio, fármacos antihipertensión, terapia anticoagulante o medicamentos que no están indicados en pacientes con problemas cardiovasculares.
Las pautas se distribuirán a los sanitarios a través de unas guías de bolsillo. Para asegurarse de que su utilización será la más adecuada, la OMS, en colaboración con los Ministerios de Sanidad de cada país, organizarán clases prácticas para los profesionales.
Según datos de la OMS, en el año 2005 casi 12 millones de personas murieron de un ataque al corazón y otros seis millones lo hicieron a causa de un ictus. De ellos, casi un 80% provenía de un país subdesarrollado o en vías de desarrollo.
En las naciones menos favorecidas, los sistemas de salud no pueden sufragar herramientas de predicción de problemas graves, especialmente en la atención primaria. Para tratar de solventar estas carencias, la OMS ha editado estas guías que permiten cuantificar las posibilidades que una persona tiene de desarrollar un problema de corazón en los 10 años siguientes sin necesidad de contar con la última tecnología.
Así, las guías están diseñadas para calcular el riesgo sin poder contar con muestras de colesterol en sangre o usando niveles de azúcar en orina como un marcador sucedáneo para la diabetes.
Fuente: elmundo.es