Rápido, efectivo y no tóxico son las virtudes que se le atribuyen al tratamiento homeopático utilizado en niños.
“La homeopatía es muy eficaz en el tratamiento de enfermedades agudas, como las paperas y el sarampión, al igual que otros problemas crónicos, como la hiperactividad, la enuresis nocturna y los efectos secundarios de algunos tipos de estrés emocional”, aseguran Gabrielle Pinto y Murray Feldman en Homeopatía para niños (Editorial Paidós).
Además es un buen recurso para tratar enfermedades de las vías aéreas superiores relacionadas con exposición al frío, sin emplear antibióticos, agrega Rodolfo Luna Reséndiz, subdirector académico de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) del Instituto Politécnico Nacional o IPN.
También para tratar sarampión, rubéola o escarlatina una vez que han aparecido e incluso de manera preventiva: si en la escuela hay un brote de sarampión, se puede proteger al hijo dándole un profiláctico homeopático.
Aunque por supuesto, el niño o niña deben haber sido vacunados de acuerdo con el Esquema Nacional de Vacunación, advierte el homeópata.
Tanto los chochitos como las tabletas homeopáticas son útiles para calmar el dolor y otras molestias causadas por contusiones, picaduras de avispa, esguinces, fracturas, heridas, abrasiones cutáneas y quemaduras, entre otros imprevistos.
Se trata de situaciones que “en general tienen una causa externa y no se relacionan con la historia (médica) o la predisposición de su hijo”, escriben Pinto y Feldman.
En México, según Luna Reséndiz, los únicos médicos certificados para prescribir tratamiento homeopático son los egresados de la ENMH.
Un médico homeópata responsable debe realizar a sus pacientes una exploración física de pies a cabeza, preguntar a los padres detalles del estado general de salud de su hijo, así como de los síntomas que presenta.
En algunos casos, puede ser necesario que el diagnóstico se apoye con resultados de exámenes de laboratorio, comenta Luna Reséndiz.
Fuente: Clínica de Homeopatía IPN.