Quien decide eliminar de su menú la carne roja y otros productos de origen animal para adoptar una dieta vegetariana, se obliga a estar más pendiente de su salud, porque, a pesar de los beneficios que tenga, llevada al extremo, puede ser el origen de deficiencias nutricionales.
“La principal razón para adoptar esta dieta en la actualidad está relacionada con el deseo de perder peso, disminuir el riesgo de enfermedades cronicodegenerativas o contribuir a su manejo terapéutico”, considera Ángeles Díaz Velez, nutrióloga mexicana.
Sin embargo, las dietas vegetarianas que no incluyen suplementos alimenticios pueden condicionar deficiencias nutricionales, especialmente en situaciones de alta demanda metabólica, como es la adolescencia o, en el caso de las mujeres, antes y durante el embarazo, advierte Díaz Velez, especialista en trastornos de la conducta alimentaria.
Por ello es necesario contar con una supervisión médica cercana, porque tanto la edad como las actividades que se realizan influyen en los efectos de este tipo de alimentación.
“Es muy fácil que en el vegetarianismo puro se llegue a la desnutrición. Sin supervisión, en dos meses puedes llegar a ese estado; o antes, si eres una persona muy activa, porque depende de las demandas metabólicas”, insiste la nutrióloga.
Otro extremo es que personas que practican el vegetarianismo abusan del consumo de grasas y azúcares provenientes de alimentos industrializados, lo que les provoca sobrepeso u obesidad, considera Aurora Serralde Zúñiga, experta del Departamento de Nutriología Clínica del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMN).
Los vegetarianos obesos suelen consumir cereales y pastas con abundante cantidad de verdura, combinación que se digiere rápidamente y que provoca hambre, por lo que comen en exceso, explica Díaz Velez.
Falta de hierro
La deficiencia de hierro es a la que más se exponen las personas que dejan de consumir carne roja y vísceras.
“Aunque el hierro se puede encontrar en frijoles, espinacas o acelgas, este tipo de hierro no se absorbe de manera tan eficiente como el que proviene de la carne roja, y además se tendrían que comer grandes cantidades de esa leguminosa y esos vegetales para alcanzar los requerimientos”, señala Serralde Zúñiga, coautora del artículo Micronutrimentos en Vegetarianos, publicado en la Revista de Endocrinología y Nutrición.
El hierro es importante para el buen funcionamiento de los músculos, aunque el cuerpo no ocupa todo el que consume.
“Normalmente, el organismo elimina un gramo de hierro al día, y, si no recibe más de lo que desecha, se va presentando el problema. Al no tener un aporte de hierro y seguir perdiendo, después de varios meses o años se presentan deficiencias mayores, que incluso no se pueden corregir con la sola ingesta de suplementos de hierro, sino que deben ser inyectados vía intravenosa”, dice la nutrióloga del INCMN.
Bajas defensas
Quienes, además de la carne roja, eliminan todos los productos lácteos y el huevo de su dieta también pueden presentar deficiencia de vitamina B12, importante para la producción de glóbulos rojos y blancos, relacionados con el sistema inmunológico.
“Los glóbulos blancos nos defienden de las bacterias y los virus. Quien los tiene bajos se hacen más propensos a cualquier tipo de infección, que pueden ser las manifestaciones iniciales de la deficiencia de esta vitamina”, asegura Serralde Zúñiga.
La vitamina B12 también es importante para el sistema nervioso periférico; su baja ingesta provoca sensaciones extrañas, como ardor o piquetes en piernas o brazos, ya que los nervios carecen de una capa protectora, lo que los vuelve más susceptibles.
La opción para no carecer de esta vitamina es tomar suplementos, pues sólo se encuentra en productos de origen animal.
Equilibrio
Las expertas coinciden en que quienes deseen continuar con la dieta vegetariana deben buscar el apoyo de un nutriólogo o de otro especialista si padecen una enfermedad, como la diabetes.
La asesoría es más que necesaria para determinar la cantidad de suplementos de hierro y vitamina B12 que se debe consumir, pues cada organismo es diferente.
Además, se debe definir cuántas porciones pueden ingerir del resto de los alimentos que su dieta les permite comer.
“Como los vegetarianos generalmente consumen grandes cantidades de vegetales, frutas o cereales integrales, cuentan con mucha fibra y en esta se quedan atrapados muchos otros minerales necesarios, como el cobre, el zinc y otros complejos, que terminan por no absorberse adecuadamente”, explica Serralde Zúñiga.
“Los profesionales de la salud debemos conocer los beneficios y riesgos potenciales que implica ser vegetariano para ayudar a diseñar un plan de alimentación bien balanceado, indicar el uso de alimentos fortificados o suplementos de micronutrimentos específicos para prevenir su deficiencia”, agrega Díaz Velez.
Fuente: Ángeles Díaz Velez
