Saliva combate mal aliento

Pocos estarían dispuestos a reconocer que tienen mal aliento, pero si el baño está atiborrado de enjuagues bucales, todo tipo de pastas dentales, bicarbonato de sodio, cepillos especiales para la lengua y demás productos, esto les interesa.

Y es que según Harold Katz, conocido como el gurú del buen aliento, nada de eso sirve para combatir la halitosis.

El odontólogo, especialista en bacteriología y fundador de las clínicas California Breath, sostiene que lejos de ayudar, los productos alimentan a algunos bichos que viven en tu boca y son los verdaderos responsables del mal aliento.

Katz explica que el olor desagradable no procede del estómago, y tampoco es causado por lo que la gente come, sino por una serie de químicos que se producen en la boca y sólo pueden eliminarse con oxígeno.

Por debajo de las encías, entre las fibras de la lengua y los dientes, habitan bacterias que con los aminoácidos de las proteínas producen gases con altos contenidos de sulfuro, agrega.

Estos gases se acumulan en la boca y pueden producir un hedor tan terrible como el de un huevo podrido. No es una exageración y Katz lo ha probado con un halitómetro que mide la concentración de estas sustancias: cualquier medición por encima de 120 significa “mal aliento” y el aparato alcanza a detectar hasta 2 mil.

“Un 70 por ciento de los problemas de mal aliento se deben a la acumulación de gases sulfurosos“, señala el especialista, quien estudió a fondo la halitosis desde principios de los 90, para resolver el problema de su hija adolescente.

En casos menos severos, indica, el problema también puede estar relacionado con la comida que contiene altos contenidos de sulfuro, como la cebolla o el ajo.

“Pero entre un 35 y un 40 por ciento de la población tiene mal aliento todo el tiempo (crónico)”, puntualiza el odontólogo estadounidense.

Oxígeno: La solución

Katz explica que el oxígeno es el único capaz de neutralizar los malos olores en la boca porque las bacterias productoras de gases sulfurosos son anaeróbicas, es decir que se desarrollan donde no hay oxígeno.

Pero esto no significa que debas correr a conseguir un tanque y una mascarilla de oxígeno. La solución es mucho más simple.

La clave está en la saliva que, de manera natural, es abundante en oxígeno. Mientras más saliva produzcas, afirma, más oxígeno habrá y menos olores desagradables tendrás.

¿Cuánta saliva es suficiente? La necesaria para que la boca nunca esté seca.

Katz señala que la boca puede secarse por no ingerir suficiente agua, por beber alcohol, por fumar o por tomar medicamentos, como los que controlan la presión, los antidepresivos o antihistamínicos.

¿Su recomendación? Beber suficiente agua natural para mantenerla humectada y optar por productos de higiene bucal que contengan oxígeno.

Más allá de la boca

Un 70 por ciento de los problemas de halitosis se deben a los gases incómodos que desaparecen con el oxígeno, pero el 30 por ciento restante puede estar relacionado con otros problemas de salud.

Lo más frecuente son las proliferaciones bacterianas exageradas, señala el gastroenterólogo Héctor Maldonado.

“Infecciones crónicas en las vías respiratorias, como la sinusitis o la rinitis crónicas que acumulan moco y eso predispone a infecciones y mal aliento”, explica.

Katz asegura que el mal aliento no tiene relación con el estómago, pero Maldonado refiere que aunque poco frecuente, existe una causa digestiva de halitosis.

“Es el ‘divertículo de zenkel‘, una especie de bolsita que se forma en la unión de faringe y esófago y acumula comida. Se carga hacia abajo, ya no drena y produce un mal olor por la proliferación bacteriana”, señala.

Otros males que pueden producir mal aliento son padecimientos que aquejan al hígado, los riñones y el páncreas, como la diabetes o las enfermedades hepáticas.

Por eso es importante que si, a pesar la higiene bucal y las visitas al dentista tu mal aliento persiste, consideres una visita al médico para descartar otros problemas de salud.

Fuente: Silvia Ruano