Una reacción alérgica puede ser tan peligrosa, que incluso causaría la muerte si no se trata de inmediato. A la expresión más grave de una respuesta de este tipo se le conoce como shock anafiláctico.
Cualquiera puede sufrir una reacción de esta naturaleza; sin embargo, los estudios sugieren que las personas alérgicas que provienen de familias de alérgicos son mucho más susceptibles, asegura Juan José Sienra, alergólogo pediatra del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Esta reacción es causada al introducir una proteína extraña al cuerpo, que puede estar contenida en medicamentos, alimentos o bebidas, precisa el especialista.
La reacción, indica, se desencadena porque se liberan sustancias químicas como histamina, prostaglandina o leucotrienos, que producen que el organismo tenga una respuesta inflamatoria, la cual puede traducirse en síntomas desde leves hasta graves.
Es posible que aparezcan ronchas aisladas, escurrimiento de moco y falta de aire, señala. Pero también se puede producir presión baja, exceso de ronchas, catarro, falta de aire, falla del corazón y paro cardiaco, alerta el experto.
El piquete de una abeja también puede desencadenar un shock anafiláctico, asegura Víctor Almeida Arvizu, jefe del servicio de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI, del IMSS.
Almeida Arvizu indica que el veneno de este insecto es capaz de producir esta reacción en una persona que ha sido picada por abejas varias veces.
Las reacciones alérgicas graves a las picaduras de insectos pueden afectar muchos órganos y desarrollarse rápidamente.
El experto explica que de presentar los síntomas, se debe acudir lo antes posible al hospital para que la persona reciba una inyección de adrenalina a fin de parar la reacción.
Posteriormente, se prescribe hidrocortisona, cortisona y antistamínicos, afirma el especialista.
El especialista recomienda a las personas sensibles tener a la mano inyecciones de adrenalina para que se las apliquen de inmediato y tengan tiempo de acudir al hospital.
Fuente: Natalia Vitela