Una molécula que en el laboratorio parece ser eficaz para frenar el envejecimiento celular: resveratrol. El padre de la ‘criatura’: David Sinclair. Y una empresa que comercializa una bebida que “retrasa hasta 25 años” nuestro reloj celular: el tónico anti-aging Vivix. Éstos son los tres protagonistas de una rocambolesca historia que estos días está dando que hablar en la prensa estadounidense.
Al parecer, el padre del resveratrol, un afamado científico de la Universidad de Harvard (EEUU), acaba de pedirle a la compañía que comercializa el pretendido sirope antiedad que retire su nombre de cualquier anuncio o promoción del producto. Y eso a pesar de que Sinclair lleva colaborando con la compañía (Shaklee Corp.) unos seis meses en la promoción y desarrollo de esta bebida.
Según informa el diario The Wall Street Journal, Sinclair ya no está tan convencido de su apoyo a dicho brevaje, y ha abandonado una colaboración por la que no se sabe muy bien cuánto podría haber cobrado (aunque no se lleva ningún porcentaje por los beneficios de sus ventas, según coinciden ambas partes). La propia universidad de Harvard está investigando también el uso que esta compañía está haciendo del nombre de la institución para defender las bondades de su producto.
Un producto prometedor, en el laboratorio
La clave de todo el embrollo está en el resveratrol (desarrollado por una pequeña compañía creada por Sinclair, recientemente adquirida por GlaxoSmithKline). Esta sustancia antioxidante, presente en el vino tinto, está siendo investigada por su capacidad para intervenir en procesos celulares claves del metabolismo. De momento sólo en ratones, resveratrol ha demostrado que es capaz de evitar que animales sometidos a dietas muy grasas engorden, que protege su corazón de los daños propios de la edad y que hasta podría prolongar su esperanza de vida alrededor de un 12%.
Aunque el resveratrol está presente en la piel de las uvas y el vino tinto, es imposible que el ser humano pueda consumirlo en cantidades suficientes a través de la dieta; así que mientras algunos investigadores decidieron investigar su potencial como fármaco contra diversas enfermedades; Shaklee Corporation decidió vender la molécula en forma de bebida energética. Un suplemento energético capaz de rejuvenecer 25 años a sus usuarios, según su propia publicidad. Por sólo 100 dólares el envase de 30 tacitas y con sabor a uva para facilitar su ingesta.
‘¿Le gustaría vivir 25 años más?’. La compañía asegura que la frase no es literal y sólo se trata de un reclamo publicitario retórico; que lo que hace el tónico Vivix en realidad es retrasar el envejecimiento de algunos procesos celulares. Aunque aclara y subraya que el producto no tiene efectos para “tratar, prevenir, mejorar ni diagnosticar ninguna enfermedad”.
Mientras sigue vendiendo el elixir de juventud, Shaklee asegura que siempre usó el nombre y las intervenciones del científico (algunas por escrito y otras en persona) con su consentimiento. De hecho, Sinclair llegó a participar en algunas de las reuniones de la red de comerciales que venden la bebida de la discordia por EEUU (y que está compuesta por hasta 750,000 personas). Él asegura por el contrario que se ha utilizado su reputación con fines e intenciones contrarios a su voluntad
De momento, y a pesar de que la propia web del producto reconoce que la agencia del medicamento de EEUU no ha revisado ni autorizado ninguna de sus afirmaciones, más de 100,000 personas habrían adquirido ya la bebida ‘milagrosa’.
Fuente: elmundo.es