Una correcta higiene bucodental desde la infancia es como un seguro de vida para los dientes, asegura la doctora Aurora Ferrando, médico estomatólogo de la clínica Vital Dent, en Madrid.
Desde que estas piezas aparecen en el bebé, en torno a los cinco o seis meses, deben limpiarse cuidadosamente cada noche con una gasa empapada en agua previamente hervida, explica Ferrando.
“Hacia los 2 años ya se puede emplear cada noche el cepillo, sólo con agua, o con una pasta infantil fluorada, continúa. A los 6 o 7 años, los pequeños deben empezar a lavarse los dientes solos, mañana y noche, bajo la supervisión de los padres. Y a partir de la adolescencia ya deben cepillarse tres veces al día.
“Es, además, muy recomendable utilizar una vez por semana colutorios o enjuagues bucales con flúor desde que el niño aprenda a enjuagarse”, apunta Ferrando.
La primera visita al dentista debe hacerse entre el primer y segundo año de vida, una vez que se ha completado la primera dentición, según el doctor Juan José Alió Sanz, médico estomatólogo y profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid.
Es importante acudir al odontólogo en esta etapa, porque el especialista podrá hacer una valoración de la salud bucodental del bebé e incluso podrá detectar precozmente algunos problemas que pueden empezar a aparecer en los primeros años de vida: caries, malformaciones congénitas o por malos hábitos, ya sea por el uso del chupete o por chuparse el dedo.
“También de este modo el niño se familiariza con el dentista y no le teme. Durante la infancia, las revisiones deben hacerse cada seis meses, pues en este periodo la dentadura es más inmadura, está más desmineralizada, y cualquier problema progresa a más velocidad”, añade.
Fuente: Aurora Ferrando