Mantener los dientes limpios no sólo aleja las caries, la gingivitis y las temidas extracciones. También puede ayudarle a cuidar su corazón, según sugiere una investigación estadounidense. Este trabajo muestra que una higiene bucodental adecuada es fundamental para evitar la endocarditis, una infección que afecta a las válvulas del corazón.
Las bacterias que ‘viven’ en la boca pueden llegar al corazón través del flujo sanguíneo y provocar un trastorno en las compuertas que controlan el paso de la sangre. Hasta el momento, se pensaba que en la mayoría de los casos los patógenos accedían al torrente sanguíneo tras una intervención bucal (sacar una muela, arreglar una pieza, etc.); sin embargo, este estudio que se publica en el último número de la revista ‘Circulation’ muestra que infectarse podría ser más sencillo.
Según sus datos, algo tan simple como cepillarse los dientes podría dar vía libre a las bacterias; especialmente si la boca no está bien cuidada ya que la presencia de gérmenes es mayor y las encías se rompen con facilidad. “La acción del cepillado puede abrir heridas en el tejido, a través de las que penetran las bacterias”, explican.
Aunque en la mayoría de los casos la endocarditis no es un trastorno muy grave, si no se trata a tiempo �con antibióticos- puede producir daños valvulares.
Riesgo de infección
Para llevar a cabo su trabajo, los investigadores midieron si existían cepas bacterianas relacionadas con la endocarditis en la sangre de 290 individuos. Parte de ellos se había sometido a una extracción dental y había tomado antibióticos para evitar infecciones; otro grupo estaba formado por personas a las que también se le había sacado una pieza aunque no habían tomado profilaxis. El resto de participantes no había sido intervenido y mantuvo su lavado de dientes habitual.
Tras analizar las muestras, los investigadores encontraron la existencia de patógenos más frecuentemente en las personas que se habían sometido a las intervenciones (con o sin antibióticos). Sin embargo, la presencia de bacterias en las personas que sólo se habían lavado los dientes era más alta de lo esperado (se encontró en un 23% de los individuos).
En ninguno de los casos se produjo una endocarditis, pero los autores remarcan que la sola presencia de las bacterias en la sangre indica un riesgo. “Y hay que tener en cuenta que la gente se lava los dientes cientos de veces al año y sólo visita al dentista una o dos veces en ese periodo”, apuntan.
Sin embargo, estos científicos también reconocen que su trabajo tiene importantes limitaciones, como el hecho de que todos los sujetos analizados habían acudido a un servicio dental de urgencias porque tenían problemas bucales graves �la gran mayoría necesitaba una extracción-, “por lo que podrían presentar un mayor nivel de enfermedades bucodentales [y bacterias] que el resto de la población”.
Con todo, los investigadores remarcan que, como medida de precaución, es fundamental mantener una buena salud bucodental para evitar posibles infecciones, especialmente si el riesgo de sufrir una endocarditis es alto.
Según datos de la Asociación Americana del Corazón, tienen más posibilidades de padecer esta infección las personas que llevan una prótesis valvular, aquellas que ya han sufrido previamente una endocarditis o las que padecen una enfermedad cardiaca congénita.
¿Relación con el cáncer?
Por otro lado, una investigación publicada en The Lancet Oncology sugiere que una boca poco cuidada también puede aumentar las posibilidades de sufrir un cáncer. Según los datos de este trabajo, dirigido por Dominique Michaud del Imperial College de Londres (Reino Unido), las personas que padecen una enfermedad periodontal [inflamación en las encías] tienen un riesgo más alto de desarrollar un tumor.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron a una muestra de 48,375 varones durante una media de 18 años. A lo largo del seguimiento, 5,720 individuos desarrollaron cáncer. “[En nuestro estudio], la enfermedad periodontal se asociaba con un aumento pequeño pero significativo en el riesgo de cáncer, que persistía incluso en las personas que nunca habían fumado”, comentan los investigadores, quienes reclaman más estudios que ratifiquen sus hallazgos.
Fuente: elmundo.es