Para quienes sufren obesidad, la carga de enfermedades suele ser inaguantable, pues, además de que pueden padecer, a causa de los kilos de más, males de peso completo, como la diabetes y la hipertensión, las repercusiones también llegan a trastornar la vida sexual.
La obesidad es capaz de acabar con las relaciones eróticas de las parejas, ya que, en los hombres, predispone a disfunción eréctil, y, en las mujeres, a falta de lubricación vaginal.
Esto porque diabetes e hipertensión provocan alteraciones en los vasos sanguíneos, explica María Antonieta García Ramos, sexóloga de Caleidoscopia, Espacio de Cultura, Terapia y Salud Sexual.
Y si no provoca una u otra alteración, la obesidad también puede ser culpable de la falta de deseo sexual, asegura Juan Luis Álvarez Gayou, director del Instituto Mexicano de Sexología, debido a una disminución en la producción de testosterona, hormona responsable de la existencia del deseo sexual, porque el exceso de peso afecta las glándulas que la producen.
El sexólogo indica que la obesidad dificulta la movilidad del cuerpo, lo cual también se convierte en un obstáculo para la ejecución de la relación erótica, pues la falta de movimiento origina que se esfumen la espontaneidad y la creatividad.
Otro problema, indica Álvarez Gayou, es que un abdomen prominente limita el acceso a los órganos sexuales durante el coito.
Existe la falsa creencia de que las personas con obesidad tienen un alto ímpetu sexual; sin embargo, García Ramos asegura que esto es un mito, pues la mayoría de quienes tienen exceso de peso se siente descontento con su cuerpo, lo que inhibe el deseo sexual.
Más allá de las enfermedades
La vida erótica de las personas con obesidad no sólo se ve afectada por razones fisiológicas, sino también psicológicas.
García Ramos explica que, debido a los estereotipos de belleza que impone la sociedad, donde los cuerpos delgados son los más apreciados, a los obesos no les satisface ni les gusta su cuerpo, así que lo rechazan.
“Según la consigna social, el placer está vinculado con cuerpos, ‘sensuales y capaces de erotizar y ser antojables para otros‘. Una persona con obesidad sabe que no cumple con los requisitos, y entonces se descalifica a sí misma, como lo hace la sociedad”, precisa la también terapeuta sexual.
García Ramos advierte que, cuando una persona no acepta y devalúa su cuerpo, no entra en contacto con él. “No lo mira, no lo toca, lo desconoce, y así difícilmente se dará permiso de sentir deseo y dejarse llevar por el placer. Se manifiesta un bloqueo del erotismo”.
Fuente: María Antonieta García Ramos y Juan Luis Álvarez Gayou