¿Está pensando en comprometerse con una actividad más? Por el bien de su vida sexual piénselo dos veces.
Por muchas razones, la actividad sexual satisfactoria reduce el estrés y ayuda a mantener una buena salud física y mental. De entrada porque con las relaciones sexuales se producen hormonas ligadas al placer que nos ayudan a relajarnos, sentirnos bien y más cercanos a la pareja, aunado a los efectos benéficos del contacto piel con piel. Pero no sólo eso, es una actividad física que ayuda a liberar las tensiones, además de oxigenar la sangre y estimular la circulación, hacernos ejercitar un sinnúmero de músculos, provocar la producción de hormonas y hasta hacernos quemar calorías.
Pero lo curioso de todo esto es que, si bien las propiedades relajantes de la actividad sexual están ampliamente reconocidas, pocas veces tomamos en cuenta que el exceso de estrés puede tener efectos contraproducentes en el deseo sexual, mismos que además pueden ir en constante aumento haciendo que caigamos en una especie de círculo vicioso.
A más estrés menos actividad sexual. Esto, porque tenemos la mente demasiado ocupada en otras cosas, estamos demasiado cansados al final del día como para involucrarnos en las artes amatorias o simplemente porque carecemos totalmente de deseo. Y si carecemos de él, en parte se puede deber a esa dificultad para relajarnos. Dicen los expertos que la actividad física y el deseo sexual están regulados por áreas distintas del sistema nervioso, y para que la respuesta sexual entre en acción hay que permitir que el sistema simpático (que tiene que ver con la actividad física) se relaje para que el parasimpático deje que el deseo aflore y, con él, el resto de las reacciones que hacen posible una relación sexual placentera. Por eso, si uno sigue acelerado las cosas no funcionan igual.
Pero la relación estrés-sexo es de ida y vuelta. Es decir, a más estrés menos sexo, pero también, a menos sexo más estrés y, curiosamente, dice un grupo de investigadores alemanes que cuando nuestra vida sexual es pobre tendemos a tomar cada vez más compromisos laborales que a su vez nos dejan menos tiempo para compartir con la pareja. Así, reducimos aún más las posibilidades de tener encuentros sexuales, nos estresamos cada vez más y nos hacemos más adictos al trabajo con las tensiones que eso conlleva. ¡Dios! En algún momento hay que poner un alto si uno no quiere verse totalmente llevado por el remolino de las múltiples ocupaciones y ver desaparecer de su vida la intimidad con la pareja.
El estudio divulgado por Der Spiegel fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad de GÁ¶ttingen, Alemania. Los expertos entrevistaron a más de 32 mil hombres y mujeres, y encontraron que 36 por ciento de los hombres y 35 por ciento de las mujeres que tenían relaciones sexuales una vez a la semana trabajaban horas extra para compensar sus carencias sexuales. Y 45 por ciento de los hombres que ya no tenían actividad sexual y 46 por ciento de las mujeres buscaban otras actividades para sublimar su deseo. Al buscar más ocupaciones, afirman los investigadores, estas personas reducen más sus posibilidades de tener relaciones sexuales, con lo que se ven cada vez más inmersos en este círculo vicioso.
La contraparte, y que fortalece su teoría, es que quienes tienen relaciones sexuales al menos dos veces por semana, tienen menos ganas de trabajar. Éstos son menos propensos a buscar otras actividades para llenar su tiempo libre.
Más que ponernos a analizar a nuestro alrededor a quienes trabajan demasiado y cuestionarnos acerca de si están sexualmente satisfechos o voltear a ver a quienes trabajan poco pensando que su vida afectiva está resuelta, la idea que subrayan estos investigadores es que vale la pena poner un poco de atención a lo que está sucediendo con la vida de pareja en relación a ese impulso por trabajar cada vez más. Ya que si se detecta el problema a tiempo se pueden tomar medidas que beneficiarán su relación, su salud física y mental, y también podrían ayudar a mantener un sano equilibrio entre la vida personal y afectiva con la laboral.
¿Será por eso que los países conocidos por ser adictos al trabajo suelen salir en las encuestas de sexualidad como los que mantienen relaciones sexuales con menos frecuencia y además se sienten menos satisfechos en esa esfera de sus vidas? ¿O será que porque son menos activos sexualmente se dedican más a trabajar? Quizá.
Recuerde
Para tener una buena salud hay que mantener el equilibrio entre las distintos aspectos de la vida y además:
• Comer bien y hacer ejercicio son puntos clave para poder mantener una respuesta sexual óptima.
• Si no puede solucionar una situación, evite estresarse, no ganará nada con ello.
• Respirar profundamente le ayuda a recuperar la calma y a controlar la emociones; además permite que entre en acción la parte del sistema nervioso que regula el deseo.
• Dese tiempo para descansar y compartir con su pareja.
Fuente: Vivianne Hiriart