Si tus hijos adolescentes no escuchan y debes repetirles una indicación cada vez con voz más fuerte, quizá no sea por la irreverencia normal de su edad, sino porque son usuarios asiduos de audífonos y el oído está empezando a sufrir daños.
De ser así, es momento de poner el tema sobre la mesa para hablar de las consecuencias de exponerse a sonidos con altos volúmenes por tiempos prolongados, recomienda Itzalá Rabadán Malda, profesora e investigadora adscrita al área de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica, con especialidad de Acústica, en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) del IPN.
Lo importante es hacer conciencia de cómo y a qué intensidad se están escuchando los ruidos a los que uno se expone por voluntad propia, como con el uso de audífonos. Tras una medición de capacidad auditiva en estudiantes de la ESIME, Rabadán Malda y otros investigadores han observado que los jóvenes están expuestos a padecer una sordera prematura, pues a sus 20 años ya padecen problemas de audición similares a los de adultos mayores. Incluso, las generaciones que hace tres décadas empezaron a escuchar música a alto volumen con audífonos “de chícharo”, están en riesgo de cambiarlos por auxiliares auditivos.
¿Por qué más grandes?
Una medida inmediata para disminuir el posible daño del oído en las personas que han usado por muchos años los audífonos pequeños es adquirir los que tienen la característica de “compensados en presión”, de forma parecida a los empleados por años por el periodista Jacobo Zabludovsky.
“Estos audífonos no están sellados totalmente, lo que permite que el aire producido por el sonido salga al exterior y baje la presión; con los pequeños se tapa todo el oído y el aire no puede salir; el sonido es una capa de aire que empuja a otra y otra hasta llegar al tímpano y moverlo, así es que si el audífono no tiene salida, el aire que resuena en el tímpano se queda atrapado, generando presión y poco a poco va deformando esa parte del oído”, explica Rabadán Malda.
Además, un volumen muy fuerte provoca pequeñas rupturas en el tímpano, que al cicatrizar lo van endureciendo hasta que queda demasiado rígido, como el de una persona adulta mayor.
Conforme el tímpano es más rígido, la persona siente que cada vez requiere subir más y más el volumen al aparato emisor de sonido, sea Ipod o teléfono celular.
Si hay daño y lo atendemos a tiempo, es posible minimizarlo o detenerlo dejando algunos hábitos como escuchar música a alto volumen, dormirse con los audífonos o acudir con frecuencia a sitios con ruidos extremadamente fuertes.
‘¿Que qué?’
Para saber si ya existe daño en el oído no es necesario someterse inmediatamente a una audiometría. El primer paso es acudir con un médico general, quien observará si el tímpano está rígido parcial o totalmente.
“Él decidirá si los canaliza o no con un otorrinolaringólogo o con un audiólogo; si sólo hay irritación, invariablemente se deben modificar los hábitos de escucha, esa sería una intervención temprana”, asegura la especialista.
En el caso en que se empiece a notar el endurecimiento se está a muy buen tiempo de protegerlo y cada año visitar al médico.
Cuando además se tiene exceso de cerumen y hay dolor o persistencia de algún tipo de zumbido, se debe acudir de inmediato con el especialista.
Si usted o sus hijos aún no lidian con alguna de estas condiciones, puede practicar lo siguiente: con los audífonos puestos, procure fijar su atención en lo que está escuchando, así el cerebro le dará preferencia a ese sonido y logrará aislarse de la influencia del ruido ambiente sin subir el volumen, recomienda Rabadán Malda.
Fuente: Itzalá Rabadán Malda
Hace mas de un año sufro de los oidos a consecuencia de hablar mucho por el celular, no me ha valido hacer nada, no puedo escuchar musica, hablar por telefono y no puedo permanecer en ambiente de ruido por mucho tiempo, y resulta que soy maestra.
El daño del oido me incluye el seno derecho, cuando alguien me habla en el oido o si escucho musica en la calle, me duele el oido y el seno tambien, por favor espero me ayuden.
Que pena Sara, lo mejor es que acudas con un especialista, éste te diagnosticará y en su caso, recomendará un tratamiento o implante auditivo.