Las fiestas de fin de año provocan, en algunas personas, emociones como tristeza y melancolía. Además, los días invernales en el hemisferio norte, fríos y con menos luz solar, afectan el ánimo.
Y si a esto le sumamos que con las celebraciones decembrinas se abusa de alimentos, bebidas y otras sustancias, están todos los ingredientes para generar depresión, ansiedad, irritabilidad, insomnio, falta de energía y hasta pensamientos suicidas.
¿Y qué hacer ante este panorama? Especialistas advierten que se debe abordar desde un enfoque integral.
¿Qué nos hace falta identificar?, si somos un paciente vulnerable. De hecho, en psiquiatría está tipificado un trastorno, que se llama trastorno afectivo estacional.
Aquellas personas que ya sufren depresión o ansiedad, en esta época es en la que los picos, incrementos y gravedad de los síntomas pueden llegar a ser discapacitantes.
¿Cómo lo prevenimos?
Hay varias formas, por ejemplo, hay que exponernos al sol, hay que pasar tiempo fuera de casa, estar en la naturaleza, aprovechar el tiempo que tenemos el fin de semana para conectar con lo verde. Y evitar el uso de dispositivos antes de dormir que afectan tu calidad de sueño.
Un segundo factor a cuidar es la dieta, tienes que estar más al pendientes en estas fechas. Es difícil y nos encanta, pero si te excedes con singular alegría, te vas a deprimir más.
Otra sugerencia que se ofrece es incluir suplementos que contengan vitamina D, ácido fólico, Omega 3 y magnesio.
¿Cómo nos afecta la falta de luz en esta época?
El cerebro es un órgano eléctrico y químico y vestigialmente tenemos una estructura, que es la glándula pineal, que en los pajaritos se identifica perfectamente: las aves, en cuanto oscurece, van a esconderse en los árboles y se van a dormir, y cuando comienza a amanecer ellos salen y vuelan.
Nosotros tenemos ese vestigio y es una de las características principales anatómicamente que el ser humano mantiene, le permite mantener contacto con la luz solar, identificar que es hora de despertar, hacer cosas y moverse, y después irse a la cama y dormir.
La pineal tiene la capacidad de producir una sustancia que es fundamental y vital, que es la melatonina y es lo que nos permite mantener los ciclos de sueño, vigilia, de forma ordenada. Yo te diría que es la principal causa de que durante el invierno, cuando hay menos sol, hay menos producción de ciertas sustancias neurotransmisoras.
Además, tiene que ver con nuestros estilos de vida. Es la época de fiestas de fin de año, se incrementa el consumo de alcohol, entre la población juvenil, adulta y adulta mayor.
Esta es una dieta de diciembre muy característica, muy pesada, nos la pasamos cenando, comiendo, todo lo celebramos con alimentación, tristemente no es una alimentación que nos ayude, es una alimentación alta en carbohidratos, alta en irritantes.
Entonces, además de la falta de luz, que afecta al cerebro, y la parte de la alimentación y nuestro estilo de vida, las desveladas, el incremento de sustancias, eso hace que para nosotros, diciembre, enero, se conviertan en épocas muy malas para el cerebro, de mucha fatiga, de poca serotonina, de baja de ánimo, de poca energía, mucha ansiedad, mucha adrenalina, y definitivamente es la época que vemos hoy por hoy de repunte de trastornos como depresión, ansiedad, insomnio, que se detonan durante esta época.
¿Requieres medicación?
Sí, aquellas personas que ya tuvieron un episodio depresivo, de ansiedad, esta es la época en la que incluso empiezan a buscar terapia.
Arrancan con medicación mucho más natural, que son los adaptógenos, remedios herbolarios que podrían paliar, sobre todo al principio, porque cuando ya se instaló el problema en un paciente que ya tiene el diagnóstico es difícil evitar el tratamiento farmacológico antidepresivo, y hay que hacerlo.
¿Quiénes son los pacientes más vulnerables?
Son aquellos que tienen el famoso trastorno bipolar o trastorno afectivo bipolar. Estos pacientes tienden a reaccionar en esta estación de manera muy evidente y los notas: en primavera están súper felices, tienen un montón de proyectos, están muy activos.
Y, cuando llega el otoño, el invierno, inmediatamente lo notas: baja su energía, hablan más lento, duermen mucho durante el día, no descansan durante la noche, comenzamos a identificar un cuadro depresivo.
Ese tipo de pacientes son a los que hay que estar procurando más, si ya tienes el diagnóstico y sabes que el tema estacional le va a pegar, hay que protegerlo y hay que hacer todas las estrategias de prevención: nutrición, suplementación, ejercicio, salir a la naturaleza, meditar, o sea, ayudarle a su cerebro, que sabes que va a comenzar a caer, que tiene que ver con un funcionamiento erróneo en algunos pacientes de su pineal, de su sistema de ciclo de sueño.
Fuente: Carmen Amezcua