Que se tiñan el cabello para ocultar el paso de los años es irrelevante; lo importante es que pasen su vejez lejos de la enfermedad y con independencia, como todo ser humano desea vivir cualquier etapa de la vida.
Es un hecho que “los años no pasan en balde“, y que hay un deterioro progresivo e irreversible de algunas capacidades; sin embargo, existen caminos para evitar la mayor parte de las incapacidades que acompañan la vejez.
Llegar a ser un viejito exitoso no sólo depende de las condiciones de salud, sino que, como el ser humano no es “algo” exclusivamente biológico, el medio ambiente en el que se encuentra explica cualquier forma de envejecer: con enfermedad, en forma normal u óptima.
Pero, cada quien puede decidir sobre lo que sí está en sus manos y hacer todo lo posible por alcanzar una buena condición en la vejez.
Las canas, lo de menos
Quien a lo largo de la vida ha depositado en su apariencia su valor total, pensando que es lo único que tiene que ofrecer a los demás, puede experimentar el envejecimiento como algo vergonzoso.
“Cuando la autoestima se basa no en los valores fundamentales, sino en lo que es superficial, es altamente vulnerable, y las pérdidas en la vejez se experimentan con un alto grado de malestar.
“En este caso, el envejecimiento se vive como un asunto doloroso y muy complicado”, afirma el psiquiatra Ernesto Lammoglia en Ancianidad, ¿camino sin retorno? (Grijalbo).
Simplemente identificarse como o con lo “viejo” puede deteriorar la autoestima.
“El hecho de cumplir 60 años no envejece de un día para otro. Lo que sí lo hace es el pensamiento de pasar a pertenecer al grupo en el que arbitrariamente se ha establecido esa edad como frontera entre la juventud y la ancianidad”, agrega Lammoglia.
Y si a lo anterior se suma un deteriorado estado de salud, aun tiñéndose el cabello como una manera de resistirse a este paso, arribar a la vejez se puede percibir realmente como catastrófico.
Algunas cosas sobre las que no se tiene control en la vejez son algunas pérdidas, como la de la pareja, amigos o contemporáneos que fallecen; la capacidad económica y de estatus o roles a causa de la jubilación; la autosuficiencia, por enfermedad, y, a raíz de éstas la pérdida del bienestar y de la capacidad para tomar decisiones sobre la propia vida.
Ante estas situaciones, una de las enfermedades más comunes en los adultos mayores es la depresión, que suele confundirse con algunos otros males o ser considerada como parte natural del envejecimiento.
Estar triste, malhumorado o insatisfecho no es normal, por lo que los expertos recomiendan acudir por lo menos una vez al año a una evaluación de salud mental.
Con plenitud
Tras analizar las formas de vivir la vejez en distintos países, expertos definen qué indica un “envejecimiento exitoso“.
· Peso corporal relativamente bajo.
· Buena función pulmonar.
· Buen desempeño cognoscitivo.
· Ausencia de diabetes e hipertensión.
· Participar en actividades físicas y sociales.
En acción
El envejecimiento activo es resultado de las siguientes acciones:
· Mantenimiento de las capacidades funcionales físicas, cerebrales, afectivas y sociales, así como de un buen estado nutricional.
· Tener un proyecto de vida motivante.
· En caso de enfermedad discapacitante, emplear los paliativos apropiados (prótesis, equipo electrónico e informático) para compensar las incapacidades.
Fuente: Prodía