Los carbohidratos son, básicamente, azúcares. Algunos son simples y otros son compuestos. Los carbohidratos simples, son azúcares naturales que provienen de productos tales como las verduras, las frutas, y la miel.
Los carbohidratos complejos, se componen de cadenas complejas de azúcares, y se conocen más popularmente como almidones y fibras. El cuerpo puede digerir fácilmente las azúcares simples, y si bien con las azúcares compuestas como la fibra tiene más dificultades, estas son imprescindibles para su sano crecimiento.
En rigor, los carbohidratos son fundamentales para la supervivencia del cuerpo, por lo que es muy falsa la idea de que el aumento de peso está directamente relacionado con los carbohidratos que se consumen. En cualquier caso, sólo serían nocivos aquellos carbohidratos que se consumen con otros alimentos altos en grasas, o en mayores cantidades de las que el cuerpo necesita.
Metabolismo de los carbohidratos
El consumo diario de carbohidratos, no tiene ningún límite específico, pero según los especialistas, este no debería superar el cincuenta por ciento de las calorías diarias consumidas durante ese día, y deben preferentemente provenir de productos como los granos, las verduras, y las frutas.
Luego, el cuerpo convertirá estos carbohidratos en glucosa, que se podrá almacenar en los tejidos del cuerpo y los músculos. Un ejercicio regular, puede ayudar mucho a transmitir esta glucosa hacia los músculos, para fortificarlos y fortalecerlos.
Por otra parte, tener un organismo sano será esencial para que la glucosa se almacene correctamente en los músculos, asegurando su capacidad de resistencia. Esto último será determinantemente importante para los atletas y las personas con mucha actividad físicas.
Dieta equilibrada de carbohidratos
La siguiente sería una dieta de carbohidratos equilibrada para cualquier adulto medio, que le permitirán consumir una sana cantidad de estos nutrientes, para mantener en forma su organismo.
El desayuno
Podría consistir en un tazón de cereal integral, una rebanada de tostada, un vaso de jugo de pomelo o de naranjas, un tazón de cereal integral cocinado, y un puñado de pasas de uva.
El almuerzo
Podría consistir en dos rebanadas de pan integral, un tazón grande de arroz, y una ensalada de lechuga, tomate, pepino, remolacha y pimienta verde, y una manzana o una banana.
La cena
Podría consistir en una papa cocida al horno, medio tazón de brócoli, medio tazón de zanahoria rallada, dos galletas de arroz o harina de avena, y un durazno.
Fuente: En Plenitud
