Pasar más de seis horas al día utilizando dispositivos móviles y conectado a redes sociales puede causar desde ojos irritados hasta divorcios.
Cuando una persona tiene problemas en sus relaciones familiares, de amistad o de pareja por su forma de utilizar la tecnología, al punto que le genera fatiga, ansiedad e irritabilidad, padece tecnoestrés, sostiene.
Se trata de un trastorno en el que el individuo siente la necesidad de estar conectado en todo momento, lo que puede afectar su vida laboral y cotidiana si no lo controla.
El tecnoestrés causa desde padecimientos musculares, dolores de cabeza frecuentes, irritabilidad en los ojos, hasta algunas enfermedades gastrointestinales, como colitis nerviosa.
También puede generar fatiga y un nivel elevado de ansiedad en las personas que desean estar conectadas todo el tiempo.
Se manifiesta, por ejemplo, con irritabilidad. Te vuelves más susceptible, poco tolerante a las relaciones, incluso, puedes tener estados de ánimo cambiantes y puede presentarse aislamiento social.
Para asegurar que se trata de tecnoestrés, es importante identificar que no existan otros factores que desencadenen el estrés.
En situaciones graves, algunas personas han llegado al divorcio porque su pareja se relaciona de manera obsesiva con la tecnología.
Experimentan celos porque la pareja mensajea o interactúa con otras personas en redes sociales.
Si a ello se suma la falta de comunicación porque después del trabajo la persona sigue conectada, es probable que la relación termine.
Hay que saber desconectarnos de este mundo virtual para poder conectarnos con nuestro mundo interno y tener relaciones reales.
Aléjate del tecnoestrés
- Limita los espacios y horarios para conectarte.
- Disminuye el uso del celular en reuniones o comidas.
- Sal con amigos y tener actividades fuera de las redes sociales.
- Aprende a despegarte de los dispositivos móviles sin que cause conflicto.
Fuente: Adriana Ortiz