Para el Desafío Come bien, empieza a practicar la conciencia reduciendo la velocidad y pensando en lo que comes y por qué lo comes.
Intenta no centrarte en la pérdida de peso, la restricción de alimentos o la eliminación de los alimentos favoritos de tu dieta. Evita etiquetar los alimentos como “buenos” o “malos”. Tu objetivo esta semana es centrarte en los sabores y texturas de los alimentos, y en cómo te sientes antes, durante y después de comer.
Puede llevar tiempo aprender a tomar conciencia de lo que comes, así que ten paciencia.
En un estudio, los participantes necesitaron al menos entre diez y 15 intentos —y a muchas personas les costó 38 o más— para empezar a modificar sus hábitos alimenticios.
Aquí hay dos ejercicios sencillos de la aplicación Eat Right Now de Judson Brewer para empezar.
Comienza con un calentamiento antes de las comidas
Antes de cada comida, prueba este sencillo ejercicio de consciencia plena. No hay necesidad de hacer un seguimiento de lo que comes ni de restringir tu dieta.
Simplemente, consulta con tu cuerpo cada vez que comas. En una escala de cero a diez, siendo cero un estómago vacío y diez un estómago incómodamente lleno, ¿cuál es tu nivel de hambre en este momento?
A continuación, mira la comida, observando las texturas y los colores. Ahora huele la comida. Por último, coge el tenedor y da el primer bocado con atención.
Mientras masticas, deja el tenedor y presta atención a cómo sabe y se siente la comida en tu boca. Después de varios bocados, consulta con tu cuerpo si tienes hambre o estás lleno.
Mapea tus hábitos alimenticios
Usa este ejercicio para trabajar en una conducta alimenticia que te gustaría cambiar, como picar demasiado o pedir comida rápida.
Nuestros hábitos alimenticios tienen tres elementos: un desencadenante, un comportamiento y un resultado. Al trazar un mapa de tus hábitos, puedes proporcionar a tu cerebro nueva información sobre cómo te hace sentir realmente el hábito. Puedes descargarte una hoja de trabajo en el sitio web de Brewer para ayudarte con este ejercicio.
Comienza por elegir un comportamiento de alimentación que te gustaría cambiar. Tal vez quieras picar menos durante el día, reducir la comida para llevar o los caprichos como las galletas, las papitas fritas o los helados.
Aunque no hay nada malo en disfrutar de estos alimentos, has identificado este comportamiento alimentario como problemático. ¿A qué se debe?
Ahora piensa en lo que desencadena este comportamiento. ¿Es una emoción, como la rabia o el estrés, o te estás recompensando con un capricho? ¿O puede ser una situación, como ver la televisión o hacer las compras cuando tienes hambre?
Enfócate en el resultado. Antes de comer, hazte algunas preguntas. ¿Qué voy a obtener de esto? ¿Cómo me hará sentir comer este alimento? Piensa en cómo te sentiste la última vez que lo comiste. ¿Lo disfrutaste? ¿Acabaste comiendo demasiado? ¿Te sentiste incómodamente lleno o con náuseas?
¿Te sentiste culpable después y te reprendiste por haberlo comido? Pensar en cómo te hace sentir un alimento antes, durante y después de comer actualiza la información que tiene tu cerebro sobre lo gratificante (o no) que es un alimento. Y puede ayudar a romper el control que un alimento concreto tiene sobre ti.
Fuente: El Financiero