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El incómodo ojo seco

Las lágrimas mantienen húmeda la córnea y protegen los ojos de cuerpos extraños, sin embargo, cuando por enfermedades inmunológicas o cuestiones ambientales hay deficiencia de ciertos componentes químicos, se sufre de ojo seco.

El incómodo ojo secoLas lágrimas mantienen húmeda la córnea y protegen los ojos de cuerpos extraños, sin embargo, cuando por enfermedades inmunológicas o cuestiones ambientales hay deficiencia de ciertos componentes químicos, se sufre de ojo seco.

“Más que una enfermedad es un manifestación ocular que afecta a la conjuntiva o membrana que recubre internamente los párpados”, señala el oftalmólogo Alfredo Piñeyro Garza.

Los principales síntomas son ardor, resequedad, irritación, enrojecimiento, sensibilidad a la luz, pero sobre todo, lagrimeo.

“La lágrima es una sustancia acuosa que sólo limpia, no lubrica, pero al ser constante empaña la visión y puede incapacitar al paciente en casos severos”.

El ojo seco afecta a un alto porcentaje de la población, en especial a los mayores de 50 años.

“La incidencia aumenta con la edad, porque la producción de lágrimas decrece”.

El clima seco, la exposición al sol y la contaminación ambiental son factores que influyen, al igual que el aire acondicionado, la calefacción o permanecer frente a la computadora o el televisor por largo rato.

El uso prolongado de lentes de contacto o la higiene inadecuada de los mismos favorece el alojamiento de microorganismos y la inflamación de la conjuntiva.

Los pacientes con deficiencia de vitamina A o que se han sometido a tratamientos con descongestivos, antihistamínicos, tranquilizantes, antidepresivos, píldoras para dormir o diuréticos, incrementan sus probabilidades de padecer ojo seco.

A veces se forma una carnosidad como resultado de la mala lubricación del ojo, que puede evitarse cuando se detecta a tiempo, de aquí la importancia de acudir al oftalmólogo regularmente”.

El paciente es sometido a una revisión de la película lagrimal, parpadeo y nivel de lubricación de sus ojos para determinar las causas de los síntomas y su nivel de manifestación.

El tratamiento se elegirá según la intensidad del problema.

“Cuando los síntomas son leves se recomiendan gotas humectantes; en casos severos se usan geles humectantes que permanecen más tiempo en el ojo”.

También se recurre al uso de tapones de colágeno que se insertan en los conductos lagrimales para que la lágrima se mantenga en el ojo.

Sólo en casos extremos, se opta por cerrar los puntos lagrimales de forma quirúrgica, o bien, realizar un trasplante de la conjuntiva para mejorar la calidad de humectación del ojo.

El ojo seco es un padecimiento incómodo y molesto para el paciente, pero que se puede controlar bajo la supervisión de un especialista.

Fuente: Alfredo Piñeyro Garza

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