Lejos de toda creencia, la píldora “de emergencia” no es “abortiva”. Ambas existen y tienen diferente propósito. El nombre correcto de la primera no es “del día siguiente”, porque se toman más de una y en más de un día, sino Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE).
Según la fase del ciclo menstrual en que se encuentre la mujer, la PAE puede evitar que los ovarios liberen el óvulo, retardar su liberación o que sea fecundado.
La que sí es “abortiva” es la RU-486, pues se utiliza para interrumpir el embarazo dentro de las primeras nueve semanas de gestación.
De Emergencia
A pesar de que no existen pruebas científicas de que la PAE evita la implantación de un óvulo fecundado, es un hecho que no puede interrumpir el embarazo que ya existe.
Ésta sólo previene el embarazo si se utiliza antes de que transcurran 120 horas (cinco días) de haber tenido una relación sexual sin protección y mientras más tiempo pase entre las relaciones sexuales no protegidas y su toma, disminuye su eficacia.
Mareos, náuseas y vómito son algunos de los efectos secundarios más comunes que padecen mujeres sensibles a los compuestos de las pastillas.
Hipersensibilidad en los senos, dolor de cabeza, retención de líquidos, menstruación irregular y cólicos son consecuencias menos comunes, pero si permanecen más de 24 horas se debe consultar al médico de manera inmediata.
Esta píldora no se debe usar como método de planificación familiar, sólo en casos de emergencia, como cuando se tienen relaciones sexuales sin protección, se es víctima de abuso sexual o si se rompe el condón, el DIU se mueve o la mujer ha olvidado tomar dos o más pastillas anticonceptivas.
Las píldoras de emergencia están disponibles en México desde 1999.
Interrupción del Embarazo
La píldora RU-486 permite a las mujeres interrumpir el embarazo sin necesidad de hospitalización ni anestesia.
Una vez que se ingiere, las sustancias que la componen interrumpen el desarrollo de la placenta y estimulan las contracciones uterinas, mismas que producen una hemorragia y la expulsión del tejido embrionario hasta entonces formado. Este proceso es similar al que sucede en un aborto espontáneo.
Siempre se debe emplear bajo supervisión médica porque es necesario saber si la mujer es candidata a tomarla (según la etapa y características de su embarazo) y su condición general de salud; además, el experto debe verificar que no quede ningún resto del tejido embrionario en el útero.
Los efectos colaterales más comunes también son similares a los de un aborto espontáneo: sangrado que dura entre seis y 16 días, cólicos, dolor de cabeza, náuseas, mareos, fatiga de corta duración y, a veces, diarrea.
En México esta píldora no está a la venta y en el mundo sólo se comercializa en alrededor de 20 países.
Algunas organizaciones civiles, como Democracia y Sexualidad, consideran que la utilización de esta píldora en México sería recomendable en casos donde hay un embarazo resultado de abuso sexual.
Fuente: Democracia y Sexualidad A.C. y Centro Latinoamericano Salud y Mujer
