Tu Corazón

Cura y protege tu corazón

Se sabe que el corazón para estar sano requiere de alimentación adecuada, ejercicio, estímulos sociales y regulación de estrés.

Se sabe que el corazón para estar sano requiere de alimentación adecuada, ejercicio, estímulos sociales y regulación de estrés.

Detrás de la mayoría de los problemas del corazón hay una dieta pobre, vida sedentaria, estrés no canalizado y tabaquismo (o casa llena de humo con esposo (a) fumador (a) u oficina donde los fumadores mandan).

Las condiciones corporales o metabólicas específicas que elevan el riesgo de enfermedades de corazón son: colesterol elevado, bajo niveles de lipoproteínas de lata densidad (HDL o colesterol “bueno”), altos niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol “malo”), obesidad y predisposición hereditaria (padre, madre o tíos con el padecimiento).

Aunque la herencia no se puede alterar directamente, si se puede disminuir el riesgo de padecer la enfermedad si consumimos alimentos bajos en grasa (sustituyendo lo frito por horneado, a la parrilla o cocido), bajando el azúcar refinada y el colesterol, evitando el estreñimiento con más fibra vegetal (verduras, frutas y granos integrales) y comiendo más frecuentemente y menos abundantemente (mejor cinco comidas moderadas al día, que dos o tres muy fuertes).

Este tipo de alimentación junto con el ejercicio es el fundamento de un programa preventivo del corazón, pero, ¿eso es todo? Para algunos tipos de personalidad, no es todo.

Desde hace más de 30 años, el Dr. Meyer Friedman descubrió que ciertos rasgos o patrones de conducta eran peligrosos para el corazón.

Hoy, después de más estudios, se ha definido con mayor claridad cuáles son esos factores psicológicos de riesgo: impaciencia, prisa (urgencia de tiempo) y hostilidad.

Los siguientes 14 puntos, 7 relacionados con nuestra actitud con el tiempo y7 con la hostilidad, pueden darnos un indicio si nuestra personalidad está inclinando la balanza hacia un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Actitudes con el tiempo

1°- Otros nos han alertado a que le bajemos al ritmo.
2°- Caminar y comer rápidamente o levantarse enseguida de la mesa después de comer.
3°- Puntualidad obsesiva.
4°- Hacer varias cosas a la vez, como ver TV, comer y leer.
5°- Disgusto intenso ente el hecho de tener qué esperar haciendo fila.
6°- Hablar rápidamente (140 o más palabras por minuto).
7°- Interrumpir a otro que habla o contestar sus preguntas antes de que termine de formularlas.

Hostilidad

1°- Enojos frecuentes cuando manejamos en la ciudad.
2°- No creer en el altruismo.
3°- Dificultades crónicas con las relaciones humanas y/o desconfianza cínica en los demás.
4°- Rechinar los dientes.
5°- Irritación excesiva ante errores triviales de otras personas.
6°- voz muy alta en volumen o áspera e irritante.
7°- Risa hostil: muy ruidosa y explosiva.

Si nos identificamos con varios puntos de este perfil, es probable que nuestra personalidad esté traicionando nuestro estilo de vida saludable en cuanto a nutrición y ejercicio.

No quiere decir que los hábitos saludables no nos ayuden (sin ellos el riesgo sería mucho mayor) sólo que en estos casos, no son suficientes.

Es necesario, además de ello, aprender técnicas de reducción de estrés y/o de modificación de la conducta.

Descubrir que nuestra personalidad es de un tipo peligroso para el corazón nos puede llevar a encontrar alternativas para modificarla y con ello no sólo protegemos el corazón, sino enriquecemos nuestra vida y relaciones.

Fuente: Meyer Friedman

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