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Procura el desarrollo físico, intelectual, social y emocional de tus hijos

El desarrollo físico, intelectual, social y emocional de los niños se crea en gran medida en sus primeros años, por lo que una correcta estimulación es una tarea diaria para los papás.

El desarrollo físico, intelectual, social y emocional de los niños se crea en gran medida en sus primeros años, por lo que una correcta estimulación a sus sentidos puede convertirse en una tarea diaria para los papás.

El desarrollo es la capacidad que tiene el ser humano para incrementar habilidades cognitivas y de maduración.

Cuando los niños son pequeños tenemos que ver ciertas áreas de oportunidad para poderlas desarrollar. Si les enseñamos a escuchar, trabajamos con ellos la audición, trabajamos lo visual, los niños empiezan a adquirir el conocimiento que necesitan para aprender a comunicarse y adaptarse.

El desarrollo infantil se divide en cognitivo, social y físico, y se trabajan en diferentes formas dependiendo de la edad.

El cognitivo desarrolla las habilidades intelectuales. El desarrollo social es como la inteligencia emocional que empezamos a trabajarlo desde que son pequeñitos; hay que empezar a estimularlos en el tiempo que compartamos con nuestros hijos. Para el desarrollo físico se hacen ejercicios específicos según la edad.

De recién nacidos y hasta los 3 meses, hay que ejercitarlos en la movilidad de piernas y brazos. Después de los 6 meses se les puede preparar para que estén en el andador y a reconocer los sonidos.

Cuando los niños están en maternal, ya tienen un desarrollo en su personalidad, motricidad y desarrollo interpersonal. A partir de los 3 años ya han adquirido lenguaje porque han socializado.

Cuando no interactúan con otros niños, vemos que, además de dificultades para socializar, las tienen para hablar porque los adultos tendemos a adivinar lo que quieren decirnos y el desarrollo del lenguaje se atrasa.

Problemas para el desarrollo de tus hijos

Sedentarismo. Tener a los niños en un solo lugar atrasa sus habilidades de reacción. Llévelos a parques o lugares de actividades que impliquen movimiento.

Tecnología. Dejarlos frente a la televisión, el iPad o el celular, los distrae, pero no están trabajando la relación padre/madre e hijo, y si no realizan ejercicios de estimulación, se entorpecerá su movilidad.

Aislamiento. Dejar a los niños sólo con adultos, sin jugar con otros chicos, evita que aprendan a socializar y adaptarse.

Padres ausentes. Conviva con sus hijos para que ellos sientan su presencia. Hable con ellos, canten juntos, jueguen, léales un cuento.

Aprendizaje. A manera de juego pueden aprender a tomar objetos y conocer sus texturas, a trabajar en la asociación de colores y formas o a escuchar sonidos e identificarlos.

Fuente: María Josefina Cruz

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