Casi todos los fumadores se lo propusieron alguna vez, y muchos lo intentaron de verdad: abandonar el cigarrillo para siempre, así como dejar definitivamente de comprarlos, aún de noche o de madrugada, cuando se siente necesidad y la cajetilla está vacía, y de oler mal, por el humo. Pero encender el último cigarrillo, renunciar a la adicción de fumar y en particular mantener la decisión es todo menos fácil.
El Día Mundial Sin Tabaco 2006 se conmemora el 31 de mayo bajo el lema Tabaco: mortífero en todas sus formas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay 1,300 millones de fumadores en todo el mundo. Cada año mueren cinco millones de personas como consecuencia del consumo del tabaco. En el 2020, el organismo estima que podrían ser 10 millones.
Los objetivos del Día Mundial Sin Tabaco de este año son: hacer hincapié sobre el daño asociado al uso del tabaco en todas sus formas para consumo, poner de manifiesto el papel que la industria tabacalera desempeña, de los esfuerzos tendientes a determinar el verdadero perjuicio que causa el tabaco y hacer un llamamiento a los gobiernos para que promulguen una regulación más amplia y rigurosa de los productos de tabaco.
"Un día sin cigarrillo es una enorme ganancia", dijo Martina Poetschke-Langer del Centro alemán de Investigación Oncológica en la ciudad de Heidelberg. "Porque fumar enferma".
Un fumador tiene el doble de riesgo de contraer cáncer que un no fumador. Y en los grandes consumidores de tabaco este riesgo se cuadruplica. Otras enfermedades que afectan a los fumadores son bronquitis, infarto del miocardio, arterosclerosis, accidentes cerebro vasculares encefálicos, úlcera, enfisema pulmonar, entre muchas otras.
Ya el escritor Oscar Wilde (1854-1900) señaló con ironía: "El cigarrillo es el perfecto ejemplo de placer perfecto: es exquisito y deja insatisfecho".
Porque la nicotina, una de las sustancias más adictivas que se conocen, contenida en un cigarrillo tiene un alto potencial de generar dependencia a largo plazo, aunque sea el primero que se fume. Esta sustancia tiene un efecto rápido: en tan sólo siete segundos llega al cerebro y estimula los transmisores nerviosos en las regiones del cerebro que controlan la sensación de placer y bienestar. En el humo de tabaco hay más de 4 800 sustancias, de las cuales muchas son tóxicas o cancerígenas.
El pulmón de una persona que fuma diariamente un paquete de cigarrillos incorpora en un año el equivalente a una taza de alquitrán, según expertos alemanes. Esta sustancia pegajosa se forma en la combustión del cigarrillo y se adhiere a las vellosidades delicadas que recubren las vías respiratorias superiores y los pulmones.
Para dejar el cigarrillo se necesita ante todo una estrategia. "Se debería fijar un día X y mantenerlo", aconseja Oetschke-Langer. Lo decisivo es primeramente la voluntad, además es importante romper con determinados comportamientos y hábitos. "Quien toma siempre café cuando fuma, debería cambiar al té". "Quien se sienta en el sofá y fuma, debería sentarse en un sillón y masticar chicle". Estas son artimañas para cambiar la psiquis, indicó la experta.
De cualquier manera, dejar el hábito de fumar vale la pena: un fumador que deja el cigarrillo con treinta años se agrega en promedio diez años de vida.
Fuente: Infomed
