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¿Debemos encontrar nuestras pasiones o desarrollarlas?

En general, los seres humanos suponemos que nuestras pasiones o intereses solo necesitan ser ‘encontrados’ o revelados. ¿Pero es cierto?

¿Te apasiona tu trabajo? ¿Estás satisfecho en todos los aspectos de tu carrera profesional?

Si tu respuesta fue afirmativa, te felicito. Has logrado aquello que todos aspiramos a alcanzar, pero casi nunca vemos hacerse realidad.

En cuanto a quienes no estamos satisfechos en todos los aspectos de nuestra carrera profesional, no perdamos la esperanza: una de las razones por las que no hemos descubierto cuál es nuestra pasión es que cuando probamos algo nuevo, tendemos a darnos por vencidos muy pronto.

¿Por qué lo hacemos? Agárrate, porque es una verdad muy cruda: resulta que somos muy malos para casi todo cuando lo intentamos por primera vez.

En general, los seres humanos suponemos que nuestras pasiones o intereses solo necesitan ser ‘encontrados’ o revelados. Además, creemos que al descubrirlos estarán desarrollados por completo. Por supuesto que esa es una tontería.

Según esa lógica, al dedicarnos a nuestra pasión, la motivación debería ser inagotable y la tarea debería parecernos relativamente sencilla.

En 2018 se publicó un estudio sobre los efectos de dos “teorías implícitas de los intereses” distintas en las actitudes con que las personas enfrentan posibles pasiones nuevas.

Una de ellas, designada teoría fija, sostiene que nuestros intereses son relativamente fijos e inmutables, mientras que la otra, llamada teoría del crecimiento, sugiere que nuestros intereses se desarrollan con el paso del tiempo y como regla general no son connaturales a nuestra personalidad.

En otras palabras: ¿debemos encontrar nuestras pasiones o desarrollarlas con el paso del tiempo?

Estos investigadores descubrieron que quienes adoptan la teoría fija parecen sentir menos atracción hacia actividades distintas de sus intereses actuales, tienen menos probabilidades de prever qué dificultades enfrentarán al explorar intereses nuevos y pierden el interés en actividades nuevas mucho más rápido que quienes se adhieren a la teoría del crecimiento.

En esencia, quienes tienen una mentalidad orientada al crecimiento tienden a creer que es posible desarrollar intereses y pasiones si se les dedica suficiente tiempo y esfuerzo y se hace la inversión necesaria.

Todo se reduce a las expectativas que tenemos al perseguir una pasión. Quien tiene una serie de intereses y adopta una mentalidad fija con respecto a ellos quizá comience a explorarlos con mucho entusiasmo, pero este irá disminuyendo si enfrenta demasiados retos o la labor le resulta pesada.

Si solo nos mueve la pasión, esta no nos bastará para sortear las dificultades, explicó, cuando de verdad sea importante superar los retos.

Por supuesto, también es importante saber cuándo claudicar. Si tienes problemas para decidir si debes tirar la toalla o perseverar, se sugiere realizar algunas preguntas: ¿lo estoy disfrutando? ¿Es importante para mí llegar a hacerlo bien? ¿Esas habilidades son útiles para mí?

Si comprendes que el proceso es la naturaleza de desarrollar intereses y pasiones, lo más probable es que no invalide tu sensación de que esa actividad es tu pasión.

Fuente: Paul O’Keefe

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